Por Jairo Pertuz
Periodista
No es nada nuevo, aunque ahora, con más medios y tecnologías en menos manos, la tarea es más planificada y controlada por quienes se han ido erigiendo como si fueran los nuevos dueños del mundo.
La desinformación de hoy es venenosa y con fines agudos pre calculados. Por ello, se trata, desde hace años, de mantener a la mayoría de la población mundial domesticada, en la mayor ignorancia posible. Por eso, la Educación viene siendo socavada y desmejorada desde los niveles primarios hasta universitarios. Les es necesario evitar el pensamiento crítico.
Lo más vergonzoso es que haya quienes se presten para incidir y transmitir, desde cargos públicos, estas prácticas miserables y hasta criminales contra los seres humanos aún desde que son niños. Ya no sorprende la homogeneidad en las noticias, como una forma de aplanar a la sociedad para que carezca del libre pensamiento. Hoy se han ido creando elementos para esos logros. Tales son las llamadas redes sociales como instrumentos de manipulación de la sociedad mundial que, en estado de confusión, caen en la entretención sin utilizar la inteligencia y distinguir que están siendo utilizadas.
La información, como la publicidad, tienen intereses de acuerdo a los logros que se tejen tras bastidores, la mayoría económicos, políticos y geopolíticos. Es el mundo del clientelismo, la corrupción y el empoderamiento de élites de personas y países para manejar a los pueblos como rebaños de tontos o de ovejas.
Todo ese entramado se maneja a través de empresas con diferentes tipos de actividades, pero que son de propiedad de pequeños grupos, con la finalidad de hacer negocios con la vida y las riquezas de los países. Para sus logros, se crean organismos internacionales y se imponen Acuerdos y Tratados, aún con pagos bajo la mesa. Es una maraña de engaños y abusos que trastocan todo principio moral y humanitario.
