Por Antonio Saldaña
Abogado y analista político
Los portavoces de las Secretarías de Estado y de Seguridad Nacional de Estados Unidos, en sendos comunicados oficiales, han asegurado que la presencia en Panamá, los días 19 y 20 de abril, del secretario de Estado, Antony Blinken, y del secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, tiene como propósito asistir a la reunión en la que serán debatidos temas migratorios, junto a una veintena de ministros de Relaciones Exteriores de la región latinoamericana.
Sin embargo, la presencia en este país de dos «pesos pesados» de la política global estadounidense, indica que el objetivo real de la visita al Istmo, es la de alinear el “traspatio” a los designios de la estrategia guerrerista norteamericana, fundamentada en la visión trasnochada de hegemonía y de unipolaridad global, impulsada por el gobierno del senil presidente Joe Biden.
¿Cuál es el punto?
Lo extremadamente grave y peligroso para los panameños, es la coyuntura que vive la humanidad con la guerra en Ucrania; hasta ahora, sólo traducida en el incremento de los gastos y presupuestos de guerra de Estados Unidos, China, países de la Unión Europea (UE) e Inglaterra, entre otros. Así como también del aumento de los precios de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas), de los derivados del petróleo, como la gasolina, del incremento en el precio de los fertilizantes, los alimentos y los servicios del transporte terrestre y las tarifas de pasajeros, así como de los fletes navieros.
A ello, se suma la perspectiva del conflicto político del imaginario geopolítico de “Occidente” (Estados Unidos, gobiernos de la (UE), Inglaterra y, probablemente —después de la reunión de cancilleres en Panama—, también de los gobiernos peleles de América Latina, en contra de la Federación de Rusia, y que tiene por escenario actual, el territorio de la República de Ucrania.
En efecto, la política demócrata cristiana alemana Ursula Von der Laven, actual presidente de la Comisión Europea, organismo de la UE, donde están representados 27 gobiernos del “Viejo Continente, dijo recientemente que “no hay diferencia entre armas pesadas y ligeras. Ucrania debe recibir todo lo que necesite para defenderse, tenemos que hacer todo lo que podamos para prepararnos para el hecho de que la guerra puede durar meses e incluso años, en el peor de los casos”.
La presidente del organismo supranacional señaló, además, que los 27 gobiernos de este foro regional europeo y sus “socios internacionales” están unidos y ofrecen una sólida ayuda política, financiera y de entrega de armas a Ucrania. (Declaraciones brindadas al periódico germano BILD AM SONTAG, según el diario español EL PAÍS, del 18 de abril de 2022).
Ante ese dantesco escenario geopolítico, los panameños tienen el derecho y el deber de preguntar, al presidente Laurentino Cortizo Cohen y a su ministra de Relaciones Exteriores, Erika Mouynes, sí Panamá forma parte de los “socios internacionales” o de la coalición guerrerista de Estados Unidos, Inglaterra y de los gobiernos de la Comisión Europea.
De lo que si estamos seguros los istmeños, es de que el gobierno de los Estados Unidos, no sólo es socio de la empresa guerrerista del organismo gubernamental de la UE, sino que, adicionalmente, es el artífice principal del conflicto político global, expresado hasta ahora, en la conflagración entre los sufridos pueblos hermanos eslavos del “Rus”.
¡Así de sencilla es la cosa!