Análisis de Coyuntura Electoral 2019
Por Cecilio E. Simon E.
Coordinador General
CONTEXTO
Ciudad de Panamá | 30 de abril de 2019 | El cinco de mayo de 2019 serán realizadas las elecciones generales en Panamá. En esos comicios, 2,7 millones de panameños escogerán a través del voto directo en las urnas, al presidente y vicepresidente de la república, 20 diputados al Parlamento Centroamericano (PARLACEN), 71 diputados a la Asamblea Nacional, 81 alcaldes y 679 representantes de corregimientos (cantones).
Las elecciones fueron convocadas en un ambiente dominado por el empuje de los candidatos de los partidos políticos, pero también de aspirantes de libre postulación. En el contexto electoral, ha sido visible el proselitismo del poder financiero que está detrás de las campañas, mientras que las encuestas y sondeos de opinión revelan la preferencia por determinados candidatos a cargos de elección popular, para renovar un mandato de cinco años.
Desde la creación del Movimiento Independiente (MOVIN), durante las elecciones del 2014, el meta mensaje de los poderes fácticos descalifica la intermediación de los partidos políticos, para remplazarlos por los CEO de sus empresas, integrados como nuevos operadores políticos dispuestos a imponer el modelo que responda a los intereses hegemónicos, con el objetivo de extinguir las pocas garantías sociales que benefician a gran parte de la sociedad.
Clientelismo de bajo costo
Por primera vez, en el 2019, los ciudadanos son espectadores del abreviado proceso electoral, que abarató los costos del clientelismo en comparación con elecciones anteriores. Como resultado de la llamada veda electoral (restricciones al alcance de las campañas) y el embargo de las partidas económicas asignadas a los diputados, el clientelismo se ahorró la construcción de las veredas (caminos vecinales ofrecidos a los barrios marginales en el proceso electoral), la donación de bolsas de comida y electrodomésticos, o el patrocinio de uniformes deportivos como “gancho” promocional en los barrios de mayor concentración de votantes.
El uso intensivo de las redes sociales con fines propagandísticos también bajó el costo de las campañas políticas, en un período delimitado por el Tribunal Electoral a tres meses. De hecho, las pautas de cuñas en espacios contratados en la televisión local fueron reemplazadas por insustanciales foros, debates de candidatos, y programas de opinión en los principales medios de quienes se hacen llamar politólogos y analistas sociopolíticos.
Contradicciones no antagónicas
El bloque de poder económico representado por los intereses de los sectores agropecuario, comercial y financiero, expresan sus contradicciones no antagónicas en el escenario electoral, y se alinea en torno a determinadas candidaturas presidenciales en los comicios de 2019.
A diferencia de sufragios anteriores, el capital financiero, cuya influencia ha prevalecido, no dispone de un candidato presidencial propio postulado por los partidos tradicionales. Ese hecho contribuyó a orientar sus recursos a favor de candidaturas afines a sus intereses, para tener opciones de poder y evitar quedar al margen de la oferta política y electoral.
La confrontación descrita entre las elites económicas tiene su origen en el asalto proyectado a la mayor porción del presupuesto general de Estado, de unos 25.000 millones de dólares al año, es decir 125.000 millones de dólares en el próximo quinquenio.
Escenarios de confrontación de las elites económicas
Para alcanzar sus objetivos, las elites económicas vinculadas al capital financiero, construyen dos escenarios dirigidos a derrotar o mediatizar al candidato presidencial Laurentino “Nito” Cortizo, con arraigo en el sector agropecuario. Cortizo es el abanderado del socialdemócrata Partido Revolucionario Democrático (PRD), de alta preferencia en el electorado, y encabeza las encuestas de opinión realizadas por diversas firmas consultoras.
En el primero de los escenarios, las elites económicas que no se sienten representadas por Cortizo, construyen, a través de una campaña en redes sociales, al “fenómeno presidencial independiente”, representado por Ricardo Lombana, y fortalecen, como su otra opción la candidatura del derechista Rómulo Roux. Ambos están ligados al sector financiero.
En el segundo escenario, intensifican la campaña “no a la reelección” de los diputados, con el objetivo de integrar una bancada de “independientes”, para impedir que el PRD conquiste la mayoría de escaños en la Asamblea Nacional, con el propósito de mediatizar el poder del presidente electo y garantizar en el ámbito parlamentario la capacidad negociadora de sectores financieros y comerciales que adversan a Cortizo.
Aliados del capital financiero
El Órgano Ejecutivo y la Contraloría General de la República, aliados al capital financiero, contribuyen a los escenarios descritos, por medio de la denuncia de la corrupción de los diputados del PRD, en tanto que un cercano colaborador del presidente Juan Carlos Varela presentó la denuncia y logró que el Tribunal Electoral impugnase extemporáneamente la candidatura a diputado y alcalde del ex presidente Ricardo Martinelli, fundador del derechista partido Cambio Democrático – CD – (la ley electoral panameña permite que una misma persona sea postulada para varios cargos simultáneamente). La impugnación de Martinelli, actualmente sometido a juicio por escuchas telefónicas ilegales, le da fuerza movilizadora al CD para retar el liderazgo en las encuestas del abanderado del PRD.
Reforma constitucional, educación, y transparencia
El modelo de gobierno en Panamá es eminentemente presidencialista, con una fuerza determinante del Órgano Ejecutivo sobre los demás órganos del Estado. Todos los candidatos coinciden en la necesidad de reformar la constitución para limitar el excesivo presidencialismo y enfrentar el grave problema de la Educación. El debate sobre la transparencia se limitó a la corrupción en la Asamblea Nacional, en tanto que estuvo fuera de la agenda la corrupción institucionalizada por la constructora brasileña Odebrecht, que diseño el asalto sistemático del Estado, mediante la estructuración de sofisticados mecanismos creados para sobornar a funcionarios del más alto nivel y algunos los líderes de los partidos tradicionales.
Washington y la política exterior
La historia electoral ha estado determinada por una constate presión de Washington sobre este país, desde su separación de Colombia en 1903. La alianza entre Ricardo Martinelli y Juan Carlos Varela (2009), fue aprobada durante una reunión en la residencia de la embajadora de los Estados Unidos, Bárbara Sthephenson, mientras esperaban la investidura del presidente estadounidense Barack Obama.
La política exterior de Panamá no ha sido un tema de debate electoral en este período, pese a que los comicios se realizan en medio del recrudecimiento de las sanciones económicas de Estados Unidos a Venezuela, el alineamiento del gobierno de Varela con el mandatario estadounidense Donald Trump y la guerra comercial de Washington con China, pone en tensión las relaciones de este país con ambas potencias mundiales.
Es necesario subrayar que Laurentino “Nito” Cortizo es el único candidato que formuló con claridad su política exterior, al señalar que Panamá exigirá respeto “a todos los países”, retomará su rol de “amable componedor” y se abstendrá “de estar tomando posiciones o bandos” en conflictos regionales. En el caso de la crisis venezolana, prometió que someterá “a revisión” las actuaciones de Panamá al interior del Grupo de Lima, incluido el reconocimiento de Juan Guaidó como presidente interino.
La candidata independiente Ana Matilde Gómez se manifestó contra la injerencia extranjera en los asuntos internos de Venezuela, mientras que la izquierda, representada por el candidato Saúl Méndez, fue puesta a la defensiva y limitó sus pronunciamientos a señalar que Panamá adoptará su propio modelo político y económico.
LAS ALIANZAS Y LOS CANDIDATOS
Los siete candidatos postulados para la Presidencia de la República se agrupan en tres bloques:
I. El primer bloque lo constituyen los partidos políticos tradicionales agrupados en tres alianzas
La alianza integrada por el derechista Partidos Panameñista y el social cristiano Partido Popular
La incompetencia del gobierno actual, sumada al cuestionamiento de las obras públicas municipales gestionadas por el alcalde José Isabel Blandón, conducen a una segura derrota de sus aspiraciones presidenciales. Pese a que durante su campaña el candidato Blandón trató de distanciarse del presidente Juan Carlos Varela e, incluso, de los símbolos tradicionales del Partido Panameñista, para evitar cargar el peso del deterioro del gobierno varelista, no es favorecido por las encuestas que lo colocan en un tercer o cuarto lugar de preferencias, muy distante de la primera posición.
En la ejecución de su plan para hacerse del liderazgo del partido, Blandón se confrontó a los Varela, que evidentemente le retiraron el apoyo político y ahora buscan otra alternativa. Prueba de ello fue la ausencia del presidente del Partido Panameñista, José Luis Varela (hermano del presidente de la república), y de los líderes del aliado Partido Popular en el modesto cierre de campaña, en el que el candidato Blandón aseguró que su principal reto es derrotar a las encuestas de intención de voto.
La alianza opositora de los derechistas partido Cambio Democrático (CD) y el Partido Alianza que se desprendió del CD.
El candidato Rómulo Roux, sobrino del presidente Juan Carlos Varela, acusado por sectores leales al ex presidente Martinelli de haberle robado el partido, obtuvo el beneplácito del dueño de esa corporación política a cambio de la postulación para una diputación y para la Alcaldía de la ciudad de Panamá. Con el triunfo asegurado – de acuerdo a todas las encuestas – Martinelli recuperaría la propiedad y liderazgo de su franquicia política. Con ello, controlaría a Roux, en caso de ser electo, y se proyectaría como candidato presidencial en el 2024.
La alianza entre Ricardo Martinelli y Rómulo Roux hace de la corrupción una consigna: “Lo bueno vuelve”, que evoca el decir popular: “robó pero hizo”.
La impugnación de la candidatura de Martinelli le arrebata el liderazgo del partido, libera a Roux de su indeseable tutela y consolida el plan B (alternativo) de Varela; de elegir a su sobrino, quien figura en el segundo lugar de las encuestas.
La alianza de oposición PRD MOLIRENA
Integrada por la oposición de centro izquierda, el social demócrata Partido Revolucionario Democrático (PRD), fundado por el general Omar Torrijos y su antiguo rival, el derechista partido Movimiento Liberal Republicano Nacionalista (MOLIRENA).
Después de dos derrotas consecutivas, la membresía del PRD fijó como objetivo la victoria electoral. Identificó la división interna y la limitada capacidad de atraer a los votantes independientes como las principales causas de las derrotas.
El equipo de campaña del opositor Cortizo se ha distanciado con relativo éxito de la cuestionada bancada parlamentaria del PRD, de la campaña “no a la reelección”, y de las denuncias del contralor general, que, al parecer, tienen entre sus objetivos debilitar las posibilidades de un claro mandato del PRD en el Ejecutivo y la Asamblea Nacional.
El candidato Laurentino “Nito” Cortizo definió como divisa de su campaña la consigna “Uniendo Fuerzas”. La movilización del PRD y la organización de su equipo de apoyo lo sitúan en el primer lugar de todas las encuestas realizadas hasta la fecha.
II. El segundo bloque está integrado tres candidatos de libre postulación
En las elecciones del 2009, los poderes fácticos apostaron a un “outsider” y eligieron a Ricardo Martinelli, que durante su gobierno representó sus propios intereses y no los de quienes lo llevaron al poder.
En los comicios del 2014, la apuesta de las fuerzas hegemónicas fue por una coalición del derechista Partido Panameñista, el social cristiano Partido Popular, el derechista MOLIRENA y el Movimiento Independiente (MOVIN), para garantizan los intereses de la fracción financiera del bloque de poder. Sin embargo al participar en el gobierno de Varela, caracterizado por la incompetencia y visos de corrupción, MOVIN dejó de ser una alternativa electoral.
Ricardo Lombana
Loa poderes fácticos insisten en el Plan B y proyectan al candidato de libre postulación Ricardo Lombana, de tendencia neoliberal, que es un producto del mercadeo político en las redes sociales. Su “Movimiento Otro Camino Panamá”, adopta el color naranja, que es el distintivo del derechista Partido de la Ciudadanía, en España, conocido como Ciudadanos. Este candidato, que es colocado en varias encuestas en el tercer lugar de preferencias del electorado, ha sido cuestionado por carecer de un plan de gobierno.
Ana Matilde Gómez
La diputada y ex procuradora general (fiscal general) Ana Matilde Gómez, quien durante el proceso de inscripción de su candidatura contaba con el respaldo de los poderes fácticos, ha sido reemplazada de sus preferencias por Lombana representativo de los CEO que favorecenb los intereses de la fracción hegemónica del capital financiero.
Marcos Ameglio
El ex parlamentario panameñista Marcos Ameglio, inscrito como candidato de libre postulación en 2019, que se sitúa en el último lugar de las preferencias del electorado, propuso sin éxito una alianza de los llamados “candidatos independientes”. Esa iniciativa no prosperó debido a suspicacias frente a la sorpresiva y abrupta propuesta.
III. La alianza de izquierda conforma el tercer bloque.
Constituida por el Frente Amplio por la Democracia (FAD), un partido de origen obrero legalmente constituido, al que se han aliado algunas organizaciones populares comunitarias, gremiales, asociaciones del movimiento estudiantil y el Partido del Pueblo (comunista).
El FAD concentra sus fuerzas y principal bases de apoyo en poblaciones al Este de la Ciudad de Panamá, San Miguelito y mantiene algunas opciones de representación local en las provincias de Colón y Chiriquí. Su candidato presidencial, Saúl Méndez, es el secretario general del Sindicato Único de la Construcción y Similares (SUNTRACS).
Esta organización política presenta un discurso y una propuesta coherente y moderada por el sesgo de la factura del miedo, que produce en el electorado la comparación de su opción ideológica afín al modelo de Venezuela.
La participación del FAD en la contienda permitió visibilizar, incluso ante los medios de comunicación hegemónicos, una propuesta de justicia social y un proyecto alternativo para la refundación del Estado mediante la convocatoria a una constituyente originaria. Su planteamiento ha permeado a los partidos tradicionales, que reconocen la necesidad de equilibrar el excesivo presidencialismo por medio de reformas dentro del marco del ordenamiento constitucional vigente. Méndez cuestionó dura y sistemáticamente las propuestas de la partidocracia y a los falsos candidatos independientes.
El proyecto electoral del FAD apunta a la conservación del instrumento partidista, para construir en el futuro una alternativa que contribuya a unificar las fuerzas de progresistas.
PERSPECTIVAS
- La dependencia de los candidatos a los “donantes” bajó de costo electoral, lo que afecta la influencia de los poderes fácticos, acostumbrados a permutar espacios publicitarios en sus medios de comunicación por el acceso privilegiado al presupuesto del Estado, que ascenderá a unos 125.000 millones de dólares en el próximo quinquenio.
- Las contradicciones no antagónicas a lo interno del bloque de poder desplazan, por primera vez en treinta años, el liderazgo del capital financiero que hasta ahora se presentaron como los principales «donantes» de campaña.
- Ahora, los recursos que acopian los candidatos de los «donantes» y los aportes del Estado se orientan al pago de costosas consultorías de mercadeo político y al financiamiento de la campaña publicitaria principalmente en las redes sociales. De igual manera, la abreviada campaña y el limitado uso de los recursos del Estado para el proselitismo político bajó el costo electoral del clientelismo político.
- El sector agropecuario logró articular sus reivindicaciones en torno a Laurentino “Nito” Cortizo, quien lidera las intenciones de voto. El margen de todas las encuestas lo señala como virtual ganador de la contienda.
- Por ello, el capital financiero busca mediatizar su mandato a través del control de la Asamblea Nacional. El virulento ataque de la Contraloría General de la República a los diputados que pretenden la reelección, revela esa perspectiva. Sin embargo, un voto “en plancha” del PRD en los circuitos plurinominales podría frustrar ese intento.
- La mayoría de los candidatos presidenciales se consideran portavoces de los votantes (no electores), sometidos durante el breve período proselitista, como sujetos pasivos, a las consignas diseminadas por las redes sociales y las encuestas dirigidas por costosas firmas consultoras, algunas con propósito de crear el llamado “fenómenos políticos”.
- Todos los candidatos coinciden que su principal reto son las reformas constitucionales, en procura de la institucionalidad que equilibre el excesivo presidencialismo y libere al gobierno de los poderes fácticos que asaltan al Estado, como modelo de corrupción.
- La agenda de los debates presidenciales, convocados por los medios de comunicación hegemónicos, no incluyó el tema internacional, pese a que se desarrollaron en momentos en que Estados Unidos y China se enfrentan en una guerra comercial y el presidente Donald Trump amenaza con una invasión a Venezuela respaldada por el presidente Juan Carlos Varela. El mandatario panameño se comprometió la participación de unidades de combate de Panamá con experiencia en lucha en áreas selváticas (SENAFRONT) en un conflicto regional, ante el asombro y repudio de sectores políticos que abogan por la paz en la región.
- A pesar del sesgo de la campaña contra la «partidocracia», los candidatos de libre postulación serán eclipsados por la capacidad de organización y movilización del voto de la maquinaria de los partidos políticos tradicionales.
- Las elites financieras, consideran que no es viable del triunfo en las urnas de una candidato de libre postulación. Por ello desplazan su apoyo de Ricardo Lombana hacia Rómulo Roux, al que desembarazaron del perturbador liderazgo del ex presidente Ricardo Martinelli.