¡A 20 años de la firma la OMC, los grandes perdedores!
Entrevista Radial a Mario Domínguez, dirigente de los productores agropecuarios. (Vea el vídeo completo)
Por Cecilio Simon
Redacción de Bayano
Pero ¿Dónde quedan los beneficios de las importaciones que propicia la OMC? Ellos quedan en las manos de los dueños de los supermercados, que son a su vez los importadores. Ellos han exprimido al productor y encarecen el precio al consumidor.
Durante su visita a la ciudad de Colón, el dirigente de los productores agropecuarios, Mario Domínguez, que aspira a la segunda vicepresidencia del PRD ofreció una entrevista, por la emisora radial Portobelo Stereo, al economista colonense Felipe Delgado. Bayano digital transmitió a todo el país, la presentación en vivo por Internet.
En el intercambió con la audiencia, Domínguez abordó los efectos sobre los productores y los consumidores de la incorporación de Panamá a la OMC. A partir del concepto de seguridad alimentaria, que define como la disponibilidad de alimentos de calidad, condiciones de inocuidad y a precio razonable, enfatizó que “un país donde no haya disponibilidad de alimentos en esas condiciones, no hay seguridad alimentaria”.
Hace 20 años se firmó el convenio de la OMC que decía que todos los países tenían que abrirse al mercado, y en Panamá un par de teóricos, de economistas, dijeron que sale más barato traer comida de otros países y que el Panamá se dedique a la logística.
Para Colón, el modelo se concentró en el Canal, los puertos y el fortalecimiento de la Zona Libre en torno al conglomerado logístico, bajo el supuesto que la ganancia sería tan buenas, que iba a circular para todos los colonenses. Los productores del campo podían dejar sus cultivos y venirse a los centros de consumo. Cada quien podría ir a la tienda a comprar comida importada más barata.
Veinte años después los productores han sido abandonados, la comida no ha bajado de precio; se ha encarecido para el consumidor. Durante la entrevista Domínguez denunció las condiciones precarias en que vive una gran cantidad de interioranos que han venido, expulsados de sus áreas y se instalan en las costas de Colón. “Mis amigos productores dicen que no pueden sembrar mucho, porque no tienen como cruzar la carga”.
¿Y qué cultivan ellos? Algo que la FAO llama agricultura familiar, un eufemismo utilizado para decorar la agricultura de subsistencia, que no es más que el hombre que siembra y cosecha un poco para su familia y tiene que salir a ganarse la vida en otra actividad, porque sus cultivos no le permite mantener con dignidad a su familia.
El modelo de importaciones para el consumo empobreció al productor. Su trabajo no satisface las necesidades de una vivienda digna, de pagar sus gastos de salud, de enviar sus hijos a la escuela. Para él se han creado programas paliativos que lo apartan del campo y lo hacen dependiente de los 120 para los 60, porque no pagó sus cuotas de seguro y hoy está empobrecido.
La ama de casa, custodio seguridad alimentaria del hogar, tampoco se ha visto beneficiada. Para ella la seguridad alimentaria es la posibilidad de poner a la mesa de su familia desayuno, almuerzo y cena en cantidad, calidad y a precio razonable. Ella demanda la disponibilidad de alimentos y que el ingreso familiar alcance para cubrir otras necesidades. 20 años después de la apertura comercial propiciada por la OMC, la ama de casa es gran perdedora.
Pero ¿Dónde quedan los beneficios de las importaciones que propicia la OMC? Ellos quedan en las manos de los dueños de los supermercados, que son a su vez los importadores. Ellos han exprimido al productor y encarecen el precio al consumidor.