Hay quienes en su deformación ideológica política sustentan los antivalores.
Responsabilidad no es sinónimo de clientelismo. La responsabilidad es un valor y corresponde a la capacidad de responder. El clientelismo es una práctica de antivalores y ocurre cuando se corrompe la conciencia del ser humano, al denigrarlo, poniendo precio a su dignidad.
Así operaban las oligarquías adláteres del imperialismo y el colonialismo. Así vejaban a los compatriotas antes del proceso revolucionario torrijista.
Las oligarquías estimulaban la inconsciencia e ignorancia de la población, en un intento dirigido a reprimir la organización y el espíritu de lucha colectivo.
Omar Torrijos generó y estimuló la concientización, organización, gestión y lucha a favor de las aspiraciones populares y estratégicas, postergadas desde inicios de la república. El proceso revolucionario torrijista dio participación a los estratos desposeídos y desplazados del poder durante todo el devenir nacional.
Así, trabajadores, indígenas, jóvenes, campesinos, mujeres, profesionales, pensionados y jubilados, ciudadanos en general, se organizaron comunitaria y sectorialmente para conquistar reivindicaciones sociales. Se institucionalizó desde la junta comunal, hasta el sindicato; desde la asociación, hasta la Asamblea Nacional de Representantes de Corregimientos.
A través de la consulta y participación constante, fue construida la yunta pueblo gobierno, para solucionar colectiva, consciente y permanentemente los elementos sustantivos al desarrollo humano y social. Logrando con ello, pasar del Estado de malestar al Estado de bienestar colectivo.
Con esa transformación de las estructuras sociales y políticas, fue posible resolver problemas del pueblo panameño. A ese nivel de participación ciudadana en la solución estructural de sus necesidades se le llama responsabilidad. Antagónico y/o irreconciliable al parasitismo que no soluciona nada, producto del clientelismo.
Ese es el nivel de responsabilidad y solución, que exige y reclama el pueblo panameño, del que fuese su instrumento político en el logro de sus aspiraciones: el PRD.
