Por Jairo H. Pertuz S.
Periodista y analista internacional
En su mayoría, las verdades sobre los hechos internacionales permanecen ocultas y no se dan a conocer a los estudiantes en formación en diversos países del mundo, peor en África y América. Por el contrario, gobiernos y funcionarios se prestan para la eliminación de materias del pensum y limitan a profesores en sus deberes de enseñanza.
Por ese motivo, allí casi no existe el pensamiento crítico. Ejemplo: ¿quién dijo que la separación de Panamá de Colombia le concedió independencia y soberanía al país istmeño?. Sólo hubo coloniaje y la lucha generacional de su pueblo, regada con su sangre, lo logró, aunque algunos «vende patrias” han vuelto a comprometerla.
En otros países de América y África continúa la lucha por independencia y soberanía, que les permita ser libres y crecer con sus recursos y esfuerzos. El mundo ha ido cambiando, sí, pero hoy las guerras no se ganan sólo con misiles y el poder global. Simplemente, ya no está totalmente en manos de los ricos y las castas sociopolíticas.
La economía mundial está afectada y el control unipolar tambalea, pero los que más están afectados son las mayorías empobrecidas. La estrategia del miedo está siendo derrotada. La verdad está superando a muchos medios de comunicación distorsionadores y farsantes. Los medios financieros están perdiendo confianza y su monopolio tambalea. El fin de los llamados ”mercados libres” que abusan también se acerca.
La dignidad está superando al miedo y el poder de los portaviones y los bloqueos están siendo derrotados en su arrogancia. Vendrán más amenazas e ilegitimas sanciones, más ataques guerreristas criminales, pero todo ello fortalecerá la independencia de los países empobrecidos.
La destrucción y genocidios en varios países obliga a resistir, pero a la vez ahoga la sed de enriquecimiento a través de los mercados. Los gobiernos criminales, narco elitistas, de doble moral e hipocresía, están siendo descubiertos y desechados. Asimismo, el sabotaje sistemático en contra de la información ya no convence. Ha sido desenmascarado y los errores estratégicos y militares cometidos se reflejan en Palestina, Yemen, Colombia y países africanos, ya que son rechazados y enfrentados por líderes locales e internacionales.
La humanidad ha ido creando conciencia y, aunque con incapaces y frenos a la superación personal profesional, las clases sociales empobrecidas, de la mano de Dios, ya no se dejan engañar y, poco a poco, toman el mando en este mundo de injusticias.
El camino de la dignidad tiene sus costos y las ayudas disfrazadas también lo tiene. ¡Ya basta de engaños e imposiciones!
Es necesario establecer el respeto mutuo. La paz y el progreso no se logran con invasiones ni bloqueos genocidas, sino con equidad y respeto por la vida y la creación. Lo difícil es que los grupos elitistas lo entiendan, pero así será por justicia y voluntad de Dios.
La inasistencia de Donald Trump ante la COP30 que celebra la ONU en Brasil, en estos días, demuestra, una vez más, el poco importa de ese sujeto hacia su país y la humanidad. Todo ello demuestra su incompetencia en el alto cargo que ostenta.




