Autor del poema: Toracio Iturralde
Te conocí Cuba, desde la niñez,
desde aquellas fronteras imaginarias
en donde todo amanecer
se construye de sueños.
Te conocí en los relatos de los abuelos
cuando desembarcabas en el Granma,
cuando hombres y mujeres
a Nuestra América rescataban.
Te conocí de joven rebelde
cuando la mirada dirigíase al horizonte,
cuando las consignas lanzadas al viento
vibraban espíritus, vibraban corazones.
Te vivo ahora Cuba, desde tus ejemplos,
desde la dignidad vertical de tus palmeras,
desde la luz que irradia tu estrella
y que guía cada paso solidario,
en las que florece la humanidad
con las banderas icónicas del Che,
y con el abrazo martiano.
Te vivo ahora Cuba de las Antillas,
del calor humano que desprende
cada escuela, cada espalda campesina
que extrae el azúcar de tu suelo,
cada mirada que con desvelo
se ciñe en la defensa de la patria.
Te vivo ahora Cuba, contra las garras
que pretenden arrancar tu pecho,
que pretenden violentarte,
generando la fuerza que acorrala,
que destruye los sueños construidos
y arriar banderas inconmensurables.
Te vivo ahora Cuba, en permanente lucha
que se viste de mambises a la hora justa,
que alcanza las altitudes de Camilo
y redobla la esperanza de tu historia
ejemplificando el espíritu de nuestras tierras,
nuestras esperanzas, nuestros caminos.
Te vivo ahora Cuba, siempre en victoria.
Caminando junto a la sonrisa de Fidel,
caminando con los brazos y voluntades
desde la Patagonia hasta el rio Bravo.
Construyendo las solidaridades
tal cual como nos lo enseñaste,
tal cual elaboraste
en la construcción de las utopías,
en la construcción de las esperanzas
por alcanzar un mundo nuevo.
