Gregor Mendel: la herencia sigue viva

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Los estudios de Gregor Mendel contribuyeron a mejorar la calidad de los alimentos.

Gregor Mendel: la herencia sigue viva

Todos hemos oído alguna vez hablar sobre las leyes de Mendel, o las aprendimos en la escuela. Pero ¿sirven para algo en la actualidad? Este reportaje nos lo explica.

Autor: Hannah Lesch (KM/ CP)
DW

Le dije, no del todo segura, a mi jefa de redacción: “Claro que sé lo que son las leyes de Mendel. Las aprendí alguna vez en la escuela…” Entonces, ella me comentó que estas leyes cumplen 150 años de existencia. Pero ¿es esta, realmente, una razón para usarlas actualmente? “Mendel sigue vivo”, fue su única respuesta. Es por eso que decidí entrevistar a un experto en genética para abordar el tema.

Mientras iba rumbo a la entrevista me imaginé a Gregor Mendel en el metro de Berlín: el monje está sentado enfrente de mí, con su hábito y unos guisantes que salen de sus bolsillos. Él y sus pequeños lentes redondos resaltan entre la gente, especialmente con el joven hipster sentado a su lado.

Gracias a una búsqueda en internet me enteré de que Mendel fue un científico abnegado. En 1866, publicó sus observaciones sobre cómo se traspasan características de una generación a otra. Basó sus observaciones en plantas de guisantes. Sin embargo, en ese tiempo, sus conclusiones no tuvieron una gran repercusión. Y como en muchos otros casos, este gran botánico murió antes de ser ampliamente conocido.

De genios y aventuras amorosas

Finalmente, llegué a la oficina del investigador Reinhard Kunze, de la Universidad Libre de Berlín. En su biblioteca hay unas mazorcas de maíz muy coloridas. Y nuevamente escuché: “Las leyes de Mendel son válidas hasta la fecha y lo seguirán siendo”.

El profesor Kunze me explicó el trabajo excepcional de Mendel. Me comenta que «él fue el primero en descubrir acertadamente cómo se pasan nuestros genes entre generaciones”.

Todos obtenemos nuestros rasgos hereditarios dos veces; cada característica contiene la información completa del gen o rasgo de nuestra madre y del gen de nuestro padre. Estos dos rasgos se mezclan y resultan en un individuo muy parecido o totalmente diferente a sus progenitores. “Esto es, a grandes rasgos, lo que conocemos hoy que describen las leyes de Mendel”, menciona el profesor.

Todos los que trabajan con la herencia o material hereditario, tales como médicos, investigadores en genética, biólogos, biotecnólogos, criadores de plantas y agricultores, entre otros, deben dominar esas leyes. “Tampoco estaría mal si todos supiéramos algo sobre este tema. Esto nos ayudaría a entender que no es raro ver que los hijos no se parecen para nada a sus padres, y que eso no tiene nada que ver con un engaño amoroso ni con una adopción”.

Los descubrimientos de Mendel son sorprendentes, dado que trabajó con guisantes y no con seres humanos. El profesor Kunze lo elogia por la misma razón. Sus resultados son asombrosos tomando en cuenta que en su época no se sabía nada sobre el genoma. Y esto lo logró utilizando plantas de una manera muy exacta.

Con científicos jóvenes

¿Cómo trabajan los jóvenes investigadores de ahora en comparación con los de antaño? Una estudiante del equipo del profesor Kunze comenta mientras agita su pequeño tubo con muestra de ADN: “Si él no hubiera descubierto estas leyes, nosotros muy seguramente no estaríamos en un laboratorio de genética”.

Kunz, por su parte, añade que “ahora la genética ha avanzado tanto que, podemos analizar el genoma completo de un individuo en muy poco tiempo”.

Las leyes de Mendel se han ido ampliando naturalmente gracias a los diferentes estudios de investigación realizados por científicos como Reinhard Kunze, quien busca entender cómo son los mecanismos moleculares de las plantas. Específicamente, quiere saber cómo las plantas absorben y transportan el nitrógeno. Esto es importante porque muchas veces ese compuesto es un factor limitante para las plantas, ya que no pueden realizar sus intercambios vitales.

Es por esto que muchos agricultores y personas aficionadas a la jardinería riegan sus plantas con fertilizantes nitrogenados. Diversas proteínas están involucradas en el transporte del nitrógeno. Cada una de las cuales se deriva de un gen específico. “Aquí trabajamos todavía al estilo de Mendel. Esto es: debemos analizar el gen por partes”, aclara el experto.

Kunze comenta además que “en principio, hacemos lo que Mendel hizo en su momento, cruzamos plantas con rasgos o características diferentes, y observamos cómo se transmiten a las siguientes generaciones. También utilizamos la misma herramienta que utilizó Mendel: unas pinzas para fecundizar las plantas”.

Para finalizar le pregunto a Kunze, si le gustaría viajar en el tiempo e intercambiar su rol con Mendel. A lo que contestó rápidamente: “Eso sería muy emocionante; no solo por un día, sino por un mes”. Definitivamente las leyes de Mendel son válidas aún y su herencia sigue viva.

Profesor Reinhard Kunze, investigador en el Instituto de Biología de la Universidad Libre de Berlín.
Profesor Reinhard Kunze, investigador en el Instituto de Biología de la Universidad Libre de Berlín.

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