El nuevo director de la CSS y sus retos

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Caja de Seguro Social (CSS).

 

Por Alberto Velásquez

Comunicador social

 

Salvo un fallo inoportuno de la Corte Suprema de Justicia, el proceso para el nombramiento de un nuevo director de la Caja de Seguro Social (CSS) ha suscitado cuestionamientos que pondrán en entredicho la intención del Órgano Ejecutivo para solucionar los numerosos y graves problemas acumulados en la principal institución de prestaciones médicas curativas en este país.

 

En medio de las múltiples quejas por el desabastecimiento, provocado por la retención de más de 300 órdenes de compra del anterior director, que indudablemente debió causar mayor gravedad a los enfermos y hasta la muerte de muchos, el nuevo jefe de la CSS tendrá que enderezar entuertos, como el sistema contable, que no ha podido producir un estado financiero que constituya el fundamento del manejo administrativo de la entidad.

 

Se desconoce cuál es el patrimonio real de la CSS, el número de asegurados y, menos, su liquidez, porque los ingresos son mal distribuidos entre los programas, y por más que se diga que hay algunos con superávit, no son mostradas las cifras verdaderas. Se requiere un informe de auditoría completo y exhaustivo.

 

Pese a la designación de tantos directores, supuestamente genios, la institución de seguridad social expone ante la población asegurada un gran caos en sus cuentas, especialmente, cuando se habla del programa de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM).

 

¿Escogerá el Ejecutivo a un director general con capacidad de solucionar diversos problemas? O, por lo contrario, el nuevo director llegará con instrucciones de afianzar la tercerización de los servicios o, más bien, dirigirla hacia una mayor privatización. Hay que estar atentos a esa designación y saber qué intereses representa.

 

La masa de asegurados creció durante la ampliación del Canal de Panamá y el crecimiento de otras megaobras. En cierta medida, contuvo una serie de desastres financieros, y la junta directiva (integrada en gran medida por elementos carcomidos) tendrá que solucionar la bandeja de problemas pendientes que deben ser atendidos con urgencia, ya que la displicencia con que se maneja –nunca humanizada– demanda que, definitivamente, la CSS cumpla su cometido, como lo previó su creador, el periodista y abogado Manuel “Nen” Valdés.

 

La dirección general del Seguro Social deberá encarar, con urgencia, la compra de medicamentos, estableciendo normas que impidan la demora y, en consecuencia, el desabastecimiento provocado por los suplidores de medicinas. La atención hospitalaria no deja de ser un gran negocio. Mientras menos se curan los enfermos, más implementos y remedios hay que comprar. Por ello, los asegurados deben estar muy atentos y seguir, con malicia, los pasos de tortuga que han sido dados en la CSS para resolver la falta de un director general honrado, dinámico, idóneo y eficiente.

 

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