Redacción de Bayano digital
No es una sorpresa haber encontrado sólo un artículo de opinión sobre los Censos Nacionales de Salud Preventiva, reglamentados y elevados a Programa Nacional por el Decreto 120 de 2016. Su autor es el actual ministro de Salud, Miguel Mayo.
Se trata de una medida jamás antes vista en ningún otro país del mundo y no se cuenta con resultados de la experiencia obtenida en otras latitudes. Las autoridades panameñas señalan que disponen de estadísticas y un diagnóstico sobre la situación de Salud en la población, para la toma de decisiones en ese sector.
Lo que sí está demostrado, es que el éxito de un sistema de Salud está basado en su capacidad para posicionar el Primer Nivel de Atención, como el pilar fundamental que rija su funcionamiento. El Primer Nivel de Atención es el más cercano a la población, o sea, el nivel del contacto primario; establecido como la organización de los recursos que permiten resolver las necesidades de atención básicas y frecuentes, que pueden ser cubiertas por actividades de promoción de Salud, prevención de la enfermedad y por procedimientos de recuperación y rehabilitación.
Esto es enseñado en las escuelas de Medicina del mundo, pero casi ningún país, excepto Cuba y otros pocos estados, aplican la conceptualización de la atención médica en el Sistema Público de Salud.
El tercer objetivo para el Desarrollo Sostenible al año 2030, afirma que garantizar una vida sana y promover el bienestar de todos, a todas las edades, es importante para la construcción de sociedades prósperas. Sin embargo, a pesar de importantes avances obtenidos en los últimos años en la Salud y el bienestar de las personas, todavía persisten desigualdades en el acceso a la asistencia sanitaria.
Panamá no escapa a esta realidad, ya que antes de la creación del Ministerio de Salud en 1969 y la aplicación del Programa “Salud Igual para Todos los Panameños”, la Salud Pública se encontraba encarecida y monopolizada por un sector particular, constituyéndose en servicios, según el Dr. Renán Esquivel, de “beneficencia” o de caridad humillante, centralizada sólo en una “gran” institución.
A partir de ese momento, los conceptos de Salud conocidos pasaron a ser necesidad del pueblo, comprendiendo que tanto el médico, la enfermera, la trabajadora social, la nutricionistas, auxiliares y demás integrantes del equipo de Salud, comienzan a trabajar y a estudiar las verdaderas causas de las enfermedades, tomando en cuenta factores externos e internos que inciden sobre la Salud y la Enfermedad.
De esa manera, fueron organizados Comités de Salud que iniciaron cuestionamientos sobre lo que se hacía en las comunidades, para privilegiar los sistemas de agua potable, la producción de alimentos, el manejo de aguas residuales y otras actividades comunitarias.
Se dio un papel prioritario al Centro de Salud, vinculado e integrado a la organización popular, fuese Junta Comunal o Local, Comité de Salud o Asentamiento Campesino.
De todo ese avance en Salud, queda poco, ya que el legado del Dr. Esquivel fue sepultado luego de 1989. Aún hay algunos de los cientos de Centros y Puestos de Salud construidos en el pasado. Otros están en ruinas o desabastecidos en materia de insumos y personal. La falta de medicamentos y especialistas obliga al paciente a esperar largos meses por una cita médica.
En el gobierno anterior, se hizo gala de una de sus características más distintivas: la improvisación, con megaobras y sobreprecios; evidenciados en el 2010 con la aprobación de la licitación pública de cinco nuevos hospitales en las provincias de Darién, Chiriquí, Los Santos, Veraguas y Colón. Como era de esperarse, la empresa constructora solicitó sus adendas y extensiones, y aún no todos están funcionando al 100% de su capacidad.
Además de las carencias descritas, la tónica del gobierno ha sido movilizar a cientos de colaboradores de la Caja del Seguro Social y del Ministerio de Salud, durante dos o tres días, a un determinado lugar, donde se convoca a los moradores mayores de 40 años de edad para que reciban atención médica, odontológica y servicio de laboratorio. Los pacientes llegan en ayunas, son pesados y tallados, y se le extraen muestras de sangre. Pasan al área de Odontología y l uego de la atención odontológica, reciben desayuno y se sientan a esperar los resultados y la consiguiente atención médica.
Mientras esos humildes panameños, muchos ancianos acompañados de familiares, desayunan y esperan sentados bajo una carpa, que es visitada por el presidente de la república. Además, pasan por allí los funcionarios electos por votación popular, quienes no pierden oportunidad para dirigirse a las personas. Si estos últimos pertenecen al partido gobernante, no terminan de darle las gracias. Finalizada la atención, son captados los datos del paciente y se le deriva a los especialistas o al Centro de Salud o Policlínica más cercana, para la atención o entrega gratuita de medicamentos.
Según cifras oficiales, fueron realizadas más de 170 jornadas, con más de 185.000 atenciones, cuyo costo hasta la fecha no ha sido revelado, pero algunos expertos prevén que hay más de 10 millones de dólares invertidos. Pese a ese nivel de inversión, persiste la falta de medicamentos en la Caja del Seguro Social, la mora quirúrgica y la carencia de especialistas y subespecialistas. Además, la mayoría de pacientes captados durante esta jornada no tiene el seguimiento necesario, porque el sistema no está preparado para brindarlo.
Se ha llegado a un punto en el que se juega con la inteligencia del pueblo panameño. El 11 de julio de este año, en una conferencia de prensa con la presencia de medios importantes del país, se anunció el Megacenso de Salud Preventiva, el domingo 22 de julio en la Arena Roberto Durán, en el que habría más de 15.000 atenciones. Es decir, el acto de regalar comida y atención sanitaria se magnifica exponencialmente, con cobertura mediática nacional.
En los últimos dos años de operaciones, ha sido abarcado un pequeño porcentaje de la población para obtener los datos necesarios a favor de un fundamentado Análisis y Diagnóstico de Salud de la población. Es necesario comprender la multidimensionalidad del Sistema de Salud Público en Panamá, promoviendo su integral transformación, evitando dar vueltas en asuntos que más sirven a promoción de la popularidad de los gobernantes de turno, que en el desarrollo de una Política Pública Sostenible en Salud.