- Por Cecilio E. Simon E.
Redacción de Bayano digital
El 18 de septiembre de 2014 el director de la Policía Nacional, Omar Pinzón y miembros del Sistema Penitenciario Nacional realizaron una requisa al pabellón 14 en el que se logró el decomiso de teléfonos celulares, armas de fuego, armas punzo cortantes, 20 gallos de pelea (¿esos gallos no cantaban?) y una gallina empollando huevos. Después de esa fecha no se ha reportado nuevas requisas en ese pabellón. Más allá de la nota periodística, no se conoce de repercusiones ni sanciones que se produjeran en esa ocasión.
De acuerdo a las estadísticas de febrero del 2019 de la Dirección General del Sistema Penitenciario del Ministerio de Gobierno, La Joya y la Joyita tiene una sobrepoblación 2,307 de privados de libertad, en tanto que La Nueva Joya, inaugurada el abril de 2014 a un costo de 160 millones de dólares, para albergar a 5,500 reclusos, tiene una capacidad ociosa de 2,424.
En julio de 2015 el ministro de Gobierno Milton Henríquez, se comprometió a realizar el traslado progresivo, en 6 meses, de los reclusos de todo el país.
¿Cómo se explica que a más de cinco años de inaugurada La Nueva Joya, solamente se haya ocupado alrededor del 50% de su capacidad, y se mantenga el hacinamiento de los privados de libertad en la Joya y la Joyita?
La reyerta en el pabellón 14 del Centro Penitenciario La Joyita, tras un tiroteo con armas de grueso calibre, que dejó como saldo 15 muertos y más de una decena de heridos, a diferencia de otros episodios similares, se produjo tras la confrontación de miembros de la banda “Bagdad”, que al parecer tenía como objetivo poner orden a los jóvenes que retaban el mando del liderazgo tradicional (de los «viejos»).
Fuentes del Sistema Penitenciario informaron a La Estrella de Panamá, que a pesar de las 175 requisas que se efectuaron a nivel nacional, no se examinó el pabellón 14 durante varios años.
Tras la masacre, la requisa de los pabellones 13 y 14 dio como resultado el decomiso de tres fusiles AK-47, armas y municiones de diversos calibres, celulares, tarjetas de celulares, presuntas sustancias ilícitas, platinas, machetes, cuchillos, tijeras, navajas de afeitar. Una gran cantidad de estos elementos eran escondidos en “caletos” muy bien diseñados.
Las acciones punitivas de la “vieja” dirigencia también está en la calle, principalmente en Araiján. Decenas de jóvenes (incluso mujeres), presuntamente vinculados a la guerra de Bagdad contra Bagdad, han sido asesinados.
Las autoridades penitenciarias y de seguridad pública, encargadas por el presidente Laurentino Cortizo, para elaborar un informe de los hechos, adelantan opiniones, como por ejemplo el traslado de la responsabilidad penitenciaria al ministerio de Seguridad Pública.
Para Bayano digital, las soluciones incrementalistas, solamente transfieren responsabilidades burocráticas, sin atender el fondo del problema que podría estar relacionado con la corrupción.
Para finalizar cabe peguntar si los “viejos de Bagdad” son producto de la invasión del 20 de diciembre de 1989. Al menos uno de sus líderes tiene 40 años.
