Lucas el evangelista en la sala situacional de la presidencia

Las pesadillas de Juan Carlos

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Lucas el Evangelista

Por tanto, todo lo que habéis dicho en tinieblas, a la luz se oirá; y lo que habéis hablado en los aposentos, se proclamará en las azoteas. (LUCAS 12:2-3.)

Por Cecilio E. Simon E.
Redacción de Bayano digital

La gastada táctica de tapar un escándalo con otro hizo crisis.  Y es que, aun cuando su reiterativa opinión no es tomada en cuenta por los analistas, Lucas el Evangelista lo advirtió en las reuniones de la «sala situacional».

Recuerda señor presidente, decía con vehemencia en la última reunión a la que fue invitado: “lo que habéis hablado en los aposentos, se proclamará en las azoteas».

Pero si salimos bien de Fonseca Mora, pateamos la pelota a los diputados, todavía los tenemos enredados con los contratos y las donaciones. Recuerda que Fonseca Mora solo hizo «trendingtopic» por siete días, decía uno de los analistas que asiste a la «sala situacional».

Sí, pero Odebrecht sigue en el «top of mind» y todos esperan que  algo venga de Brasil, responde Lucas.

Ésta semana nos salió bonita, insistía un analista de seguridad,  los pendejos de SINAPROC dejaron caer una pared y mataron a la tal Demetria.  Tapamos el lió que se nos venía encima, porque  para acabar de joder la muerta era mujer de uno del SUNTRACS. Reconócelo, la botamos con la manifestación de los taxistas contra Uber. Todo el mundo discutía sobre los taxis, viste cómo reventamos las redes sociales, hasta Álvaro opinó, decía orgulloso el analista.

Sí, pero de dónde sacó Juan Carlos eso de llamar a los que tienen operaciones pendientes, para que ocupen los hoteles hasta que los atiendan, si ya tenían controlada la situación. No me diga que esa fue otra de tus ocurrencias, increpó Lucas al analista.

No, yo no tengo nada que ver con esa, yo estaba incapacitado por mi operación. Seguramente esa fue una de las genialidades del Ministro de Turismo para aumentar las ventas porque la ocupación de los hoteles anda por el piso, ese está como en Bosnia, no mete una.

¿Operación? ese es otro lío que se le vino a Juan Carlos, insiste airado Lucas. Recuerda mijo, todo lo que habéis dicho en tinieblas, a la luz se oirá.  Tú, estás aquí para quitarle dolores de cabeza a Juan Carlos, no para crearlos. Además, que yo sepa, el Ministro de Turismo no es parte de la «sala situacional».

Bueno Lucas, a qué viene tanta regañadera, tú no reconoces que las declaraciones sobre la violencia de los venezolanos revoltosos en la Universidad nos salió bien, tú solo eres criticar.

Es que cada vez que ustedes meten la pata Juan Carlos me llama, afirma el evangelista. Recuerda que soy su guía espiritual, además aclárame si la posición de la Canciller sobre los venezolanos revoltosos, se discutió aquí, porque ella sí es parte de la «sala situacional». 

¿Guía espiritual? increpa el analista.  ¿Por qué no dices que tú, aquí sentado en esa misma silla, le recomendaste hacer donaciones a los proyectos de la iglesia y a su alma mater, el Javier? TÚ  LE RECOMENDASTES,  que hiciera esas donaciones como acto de contrición, para espiar los pecados del escándalo Lava Jato, dice airado en voz muy alta, propia de un militar.

El clérigo con voz pausada reconoce: muy cierto mijo, yo le recomendé que hiciera esas donaciones DE SU PLATA, ME OÍSTE… DE SU PLATA (ahora Lucas es quien grita furioso).

En eso la luz asomó por la ventana del aposento y Juan Carlos despertó despeinado y sudoroso (como suele aparecer en sus últimas comparecencias públicas).

Juan Carlos vive atormentado, sudoroso y  despeinado.  La presión de los donantes, Odebrecht, Lava Jato, el fracaso operación águila en Colón, las partidas discrecionales, las donaciones a su alma mater, la venta de las tierras en Cerro Galera donde murió Demetria Montenegro lo tienen con un humor endemoniado. 

Lorena, dijo, anoche tuve la misma pesadilla. Lucas el Evangelista se me apareció otra vez en la «sala situacional».   Esos sueños recurrentes no se apartan de él.  Seguramente resuena en sus oídos (despierto y en pesadillas)  la estruendosa voz de Lucas el Evangelista y su sentencia epistolar:

Por tanto (Juan Carlos), todo lo que habéis dicho en tinieblas, a la luz se oirá; y lo que habéis hablado en los aposentos, se proclamará en las azoteas.

¿Lorena, ya enterraron a la señora que le cayó la pared en Cerro Galera? preguntó. No he sabido nada. ¡Espero que la que formaron los taxistas sirva de algo!

 

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