Por Sergio Sánchez Silvera
Periodista
El gobierno nacional, amalgamado con la minera, parece haber aceptado como un axioma que los panameños, sin exclusiones, no sabemos nada de matemáticas y cálculo.
En forma deliberada, he usado la palabra amalgama para significar que es la unión de mercurio (un metal muy venenoso) con otro u otros metales. El titular principal del periódico La Prensa, del 15 de febrero de 2023, destacaba que la compañía minera que explota los minerales en la provincia de Colón generó ventas por 2.959 millones de dólares en 2022. En el subtítulo, el diario destacó que “First Quantum calculó en 57 millones las regalías que entregará al Estado”.
El mismo periódico resaltó en la pagina 1B, de Economía & Negocios, que Mina tuvo una ganancia bruta de 1.065 millones de dólares en 2022. En el subtítulo, destacaba que “En su estado financiero, Firts Quantum indicó que la caída del precio del cobre, sumado a mayores gastos operativos, provocaron una caída en la ganancia bruta”.
La Mina y el Estado propusieron un aumento de las regalías entre un 12% y un 16%, sin indicar qué hace la diferencia para usar entre uno y otro porcentaje. Pero aquí no está la trampa. Para los que no saben pensar y menos calcular, la trampa está en el hecho de que han cambido la base del cálculo.
Resulta que el aumento no será sobre la venta total (2.959 millones de dólares) sino sobre la ganancia bruta (1.065 millones de dólares). En este caso, si se pagase el 12% de la ganancia bruta, serían 127,8 millones de dólares lo que pagarían en regalías, o sea 4,31%, calculado de la venta total.
Lo que resalta en ese aumento, es que se quiere hacer creer a la población que hay un aumento del 10%, más cuando en realidad sólo es un aumento del 2,31%.
En el caso del aumento al 16% de la ganancia bruta (1.065 millones de dólares) pagarían en regalías 170,4 millones, lo que es únicamente el 5,75% de la venta total (2.959 millones). El engaño consiste en que el aumento apenas es de 3,7% y no del 16%.
Es hora de que el gobierno y la minera dejen de creer que el pueblo es estúpido e incapaz de sacar cuentas. Los ciudadanos deben exigir cuentas claras en las negociaciones mineras.
