Por Luis Carlos Samudio G.
Abogado, docente y mediador
La situación actual en Panamá exige la presencia y participación de profesionales especializados en el comportamiento inadecuado de los sujetos de la sociedad. Es evidente la designación de personas en cargos políticos importantes, quienes desconocen ¿qué son las políticas públicas o criminológicas? No saben cómo desarrollar las acciones efectivas y verificarlas para ventilar los problemas sociales en este país.
Me refiero a la necesidad de incorporar a esas tareas a criminólogos que cuentan con conocimientos, habilidades y capacidades especiales para ayudan a la sociedad a mantener la paz, la armonía y la pericia en la detección de delincuentes que, en su mayoría, son comúnmente agresivos, insensibles y reflejan inmadurez emocional.
Hay que estar claros que para el criminólogo el delincuente no es más que alguien que ha violado normas legales, sociales y culturales al atacar a otra persona o a sí mismo y está sujeto al análisis de las reacciones sociales, así como a la investigación, tratamiento y rehabilitación, a favor del desarrollo de una sociedad saludable.
Por ese motivo, es necesario hacer un llamado al nuevo gobierno y a los gobiernos locales, en especial a las autoridades involucradas, Ministerio de Seguridad, Ministerio de Gobierno, para que trabajen en estrecha colaboración y desarrollen estrategias de prevención y reducción del delito, con organismo del control social informal.
”La prevención es una de las estrategias de control social, cuya finalidad no es sólo la prevención del delito, como suele interpretarse. Se utiliza en todos los ámbitos de la vida social. Es un concepto que tiene varias aplicaciones, dependiendo de lo que pretende”. (Avilés, eumed.net, 2010).
Las estrategias o políticas criminológicas propuestas tienen una visión de futuro, basándose en la investigación del delito. Existen predicciones sobre los tipos de conductas antisociales, formas de actuar, posibles víctimas y factores, lo que permite anticipar y prevenir eficazmente su implementación. Su importancia radica en cambios en las estructuras sociales, políticas e incluso psicológicas.
Así, las instituciones estatales y los políticos deben estar preparados para identificar situaciones de riesgo en las que sea posible implementar estrategias para combatir y prevenir la criminalidad. Es precisamente en este ámbito donde el criminólogo puede desempeñar un papel importante, porque la multidisciplinariedad que constituye la criminología ayuda a evaluar estrategias experimentadas desde diferentes perspectivas, autores, estudios, corrientes y escuelas.
La criminología actual, a medida que los acontecimientos sociales, económicos y políticos globales afectan el desarrollo del crimen y la desviación, puede tener un impacto positivo en ese campo, ya que ha experimentado desarrollos tecnológicos en los últimos años. Lograr ese objetivo requiere la implementación de programas y políticas de prevención y de criminólogos competentes tanto en ciencia como en políticas.
La criminología es una parte importante del sistema de justicia porque es responsable de muchas tareas diferentes, como monitorear áreas problemáticas, analizar y mapear delitos, rehabilitar a delincuentes y reintegrarlos a la sociedad. Sin embargo, es importante señalar que la investigación de los crímenes y sus perpetradores no puede separarse de los acontecimientos sociales y políticos actuales.
Es crucial considerar los eventos políticos históricos, como el uso de armas de destrucción masiva en áreas urbanas, invasiones entre naciones, conflictos armados y crisis en la industria del petróleo y gas, para comprender la situación actual. Estos hechos tienen un impacto limitado en la delincuencia en contraste con los enfoques preventivos sugeridos por los criminólogos, los cuales influyen de manera significativa en la tasa delictiva.
Pese a los avances en otras áreas de la criminología, su papel e implicaciones políticas aún no se han explorado plenamente. Se dice que ayuda a prevenir la delincuencia, pero su importancia va más allá. El perfil del criminólogo permite una comprensión más amplia del delito y de los factores que influyen en él, lo que permite una prevención eficaz.
Según el planteamiento de Bandura, “su distinción entre comportamiento infantil y aprendizaje temprano, sugiere que lo que aprendemos en la niñez y la adolescencia influye en el comportamiento adulto”. Sin embargo, Edwin Sutherland, en su teoría de la asociación diferencial, sostiene que ”las personas, especialmente los jóvenes, que intentan romper las reglas tienen más probabilidades de cometer delitos similares, lo que significa que han aprendido a identificar situaciones más a menudo. En lugar de respetar la ley, la infringe”.
Ahora, hay un nuevo escenario de gobernanza política y se necesita atender a los niños y a los jóvenes en las escuelas, comunidades, estructuras políticas de gobierno local para ocuparse juntos en los niveles de prevención primaria y secundaria, y atención terciaria, como lo hemos realizado a través del control social informal en el centro de custodio y cumplimiento residencia femenina.
Juntos trabajemos a favor de la paz y la convivencia pacifica.
