Por David Carrasco
Director de Bayano digital
La sindemia de Covid-19, que golpeó al mundo desde 2019, disparó los casos de trastornos mentales en Panamá y aún tiene severas secuelas en familias que fueron sometidas a un prolongado encierro en sus viviendas.
Ese planteamiento fue sustentado por la doctora Nilda Santamaría, especialista en Paido Psiquiatría, en el XI Foro sobre los Derechos Humanos de las Niñas y las Adolescentes en Panamá, realizado en la primera casa de estudios superiores.
En 2022, la psicóloga Érika Perdomo, de la Policlínica “Dr. Carlos N. Brin”, de la Caja de Seguro Social, aseveró que un 10 por ciento de la población padece algún trastorno mental, que no ha sido diagnosticado aún. Indico que es necesario tomar ello en cuenta en este país, porque “sin Salud Mental no hay Salud”.
Al respecto, Santamaría aseguró que el 32 por ciento de la niñez panameña enfrentó algún tipo de violencia extrema en los años de mayor impacto de la sindemia, en los que muchas personas perdieron su trabajo, sus casas y hasta sus respectivas parejas.
La literatura médica describe a la sindemia cono ”la concentración de dos o más epidemias o brotes de enfermedades en una población que interaccionan con, y son condicionadas por, las circunstancias sociales, políticas y económicas de tal población durante un período y lugar determinado”.
En Panamá, no sólo fueron confirmados numerosos contagios con el virus causante de la enfermedad, sino una combinación de factores derivados de la pobreza, la desnutrición y una elevada carga de estrés entre grupos vulnerables.
La psiquiatra adujo que la sindemia ”cambió muchas cosas” y advirtió que en toda la población ”hubo muchísimo estrés, pero negativo”, que alcanzó a la niñez, afectada por una realidad que debe ser mejor investigada para comprender los problemas sociales que afloran en el ámbito de la Salud y la Seguridad.
Subrayó que algunos niños y niñas en aislamiento (entre ellos autistas o con déficit de aprendizaje), separados de la escuela o enfrentados a la falta de afecto, empezaron a hacerse cortes superficiales múltiples en brazos y muslos. Adujo que esa forma de ”cambiar un dolor emocional por un dolor físico”, no debe ser vista como un asunto trivial, ya que refleja un pedido desesperado de atención.
Resalto que ”la depresión sigue siendo, tristemente, la tercera causa de enfermedad más común y el suicidio sigue siendo la tercera causa de muerte en personas de 15 a 19 años de edad”, un hecho que genera alarma entre profesionales de la Medicina.
Santamaría llamó la atención de las autoridades de Salud Pública, con el propósito de que presten mayor atención a los problemas psiquiátricos de la población y a las diversas causas del estrés que afectan la vida familiar y de los hijos desesperados.
Al respecto, sugirió a los padres de familia que ejerzan sobre sus hijos menores de edad un estricto control sobre el uso de los celulares y que revisen con frecuencia los mensajes de audio, texto y video, ya que podrían contener amenazas o vulnerar la integridad de adolescentes desprevenidos.
Santamaría afirmó que la pobreza y la violencia combinadas generan en las redes sociales un gran riesgo para la Salud Mental de la niñez panameña, que debe ser debidamente valorada y protegida.