Lego de las marchas anti mineras en noviembre y diciembre de 2023, las comunidades amenazadas por el expolio de los recursos minerales se preparan para decidir en las urnas el futuro, en procura de la defensa del patrimonio de la nación.
En los comicios de mayo de 2024 también se jugará el futuro de poblaciones a las que empresas mineras intentan despojar de sus tierras. Por ello, un voto a favor de aquellos a quienes defienden la minería a cielo abierto equivale a un suicidio político del electorado panameño.
Para que la lucha anti minera adquiera rango y jerarquía, se requiere acceder a las instancias de decisión y elegir a figurar que representen los más elevados objetivos de los sectores populares. En ese proceso, será necesario vencer el clientelismo, la intriga y las campañas de desinformación que buscan derrotar a las corrientes democráticas.
La verdad de un pueblo unido y solidario puede hacer la diferencia e impedir nuevos ultrajes de quienes promueven el despojo y el entreguismo en áreas amenazadas por la minería y el saqueo de la riqueza mineral y ambiental en Panamá.
