Por Juan Carlos Calzadilla
Ingeniero
¿Cuál es el problema principal del sector agropecuario y a quiénes benefician los agroparques, presentados como una especie de as bajo la manga en un juego de naipes, sin que haya despegado el diálogo entre el gobierno y los sectores productivos en Panamá?
¿De dónde proviene esa “brillante” idea del desarrollo de los agroparques?, ¿Con quién está amarrado ese “nuevo negocio”? Son preguntas indispensables para saber lo que hay detrás de esa oferta que algunos se apresuran a presentar como camino de salvación económica.
¿Saben los lectores cuál es el valor por metro cuadrado de invernadero construido en un agroparque en suelo panameño y el nivel de tecnología que se debe manejar en esas instalaciones? Hay que saber las respuestas a esas preguntas para saber entender el propósito de los caros y onerosos agroparques.
Los promotores de esa iniciativa tratan de hacer ver como una panacea la tecnología costosa y especializada, mientras que el pequeño y mediano productor asiste a su entierro final causado por el abandono y el desplazamiento.
El supuesto crecimiento feliz es otra falacia para entretener a un sector agropecuario arrinconado. La propuesta de ese modelo de agronegocios equivale a una nueva burla al hombre del campo, que carece de recursos en medio de la pandemia de Covid-19 para crecer y mejorar sus fincas-
El mencionado proyecto tiene nombre y apellido. Su padre es el ex ministro de Desarrollo Agropecuario, Jorge Arango, en coordinación con grupos israelitas, quienes trajeron a Panamá ese modelo.
A través de los agroparques, se pretende producir comida cerca de la metrópoli y en volúmenes suficientes para proveer alimentos para el desarrollo turístico, en torno al Canal de Panamá y los barcos que transitan la vía acuática. En realidad, no está dirigido a los pequeños productores.
Me duele ver que Bayano se haya prestado para promover este proyecto agrícola, que demanda una fuerte inversión en tecnología, mientras que miles de productores en este país viven asfixiados debido al predominio de las importaciones y a la falta de verdadero apoyo del Estado a la producción nacional.