Colonenses se oponen a la venta de su ciudad
Las organizaciones sociales colonensas emitieron un comunicado que entregaron a Bayano digital, con el objetivo de explicar al país su posición sobre los desafíos que enfrenta la provincia de Colón, ante los planes de expansión comercial de consorcios privado y del capital financiero. Debido a su importante contenido, el texto del documento es ofrecido en forma íntegra a los lectores.
Hombres y mujeres representativos de la estructura nacional de Vanguardia Torrijista, reunidos bajo el auspicio de la VT-Colón, estiman necesario denunciar ante la faz del país, el drama al que nos aboca el gobierno del presidente Juan Carlos Varela, en contraposición al programa de Renovación Urbana y a las banderas electoreras que el mandatario presentó a la provincia de Colón.
Cuando el gobierno trajo a la provincia el presunto plan salvador, VT-Colón, como parte del Frente Amplio que vela por los intereses de la comunidad, insistió en un debate abierto, franco y participativo. Sin duda, son ellos quienes mejor que nadie conocen los problemas acumulados en una región abandonada y explotada.
Pero el gobierno del presidente Varela reemplazó la discusión por la publicidad. El besuqueo oficial sustituyó al encuentro cordial con la gente para ventilar los problemas y el show mediático se transformó en una especie de moneda para comprar aplausos. Ahora, sabemos que Renovación de Colón no es más que el complemento del mismo proyecto que trató de imponer el ex presidente Ricardo Martinelli, y cuyo rechazo costó sangre a los coloneses.
Hay que decirlo sin ambages: Colón Puerto Libre es la misma iniciativa que lanzó Martinelli cuando programaba la venta de las tierras de Zona Libre de Colón (ZLC). Sin embargo, cobra forma con el gran negocio inmobiliario que emerge a partir de la expulsión de los colonenses de las casas ocupadas en las 16 calles en esa ciudad caribeña, de gente trabajadora y luchadora.
Mientras que la Zona Libre muere paulatinamente, con el 20 por ciento del cierre de las empresas y un desempleo que alcanza a más de 10.000 colonenses, el 60 por ciento de las casas serán demolidas para proveer de facilidades a Colón Puerto Libre.
De manera sistemática, son desalojados y demolidos los viejos caserones, y no se construye nada nuevo en los lotes baldíos. La población residente es expulsada de la ciudad hacia la parte trasera de la comunidad de Los Lagos, en la que será construida una ciudad dormitorio para hacinar en pequeños apartamentos de menos de 60 metros cuadrados, a unos 25.000 colonenses.
De la mano de las demoliciones camina el lucrativo negocio inmobiliario, el principal beneficiario de la venta de esas tierras nacionales, que son valorizadas con el dinero de los contribuyentes y quedan a disposición del capital privado.
Una significativa porción de la inversión pública de Renovación Urbana de Colón se destina a proyectos de infraestructura (acueductos, alcantarillados, drenaje pluvial, iluminación pública, soterramiento de cables eléctricos y de comunicaciones) en las 16 calles en las que no vivirá la gente de Colón.
El problema no es sólo la venta de las tierras de Zona Libre, como pretendió Martinelli, ya que el presidente Varela, en una acción sin precedentes, pretende vender las tierras nacionales en toda la Ciudad de Colón para el usufructo de grupos económicos privados.
La alternativa planeada para la ZLC, de poner a la venta mercancías a los nacionales fuera del área segregada, en las edificaciones que se construirán en Colón Puerto Libre, no garantiza la recuperación del empleo. La visión que se impone sin dialogo, es la condena a los colonenses para ser “waiters” y vendedores de tela, todos a merced de las drogas y la prostitución.
Ante la situación denunciada por las organizaciones sociales, las autoridades electas de Colón ven con pasividad el drama que se avecina. Nada dicen sobre el transporte, salud, educación, recreación, arte, cultura y demás indicadores del bienestar. Nada dicen sobre la demanda de las organizaciones sociales integradas al
Frente Amplio de Colón, de que sea asignado el 50 por ciento de los beneficios que aporta la ZLC para financiar el desarrollo de las inversiones sociales. Sus ojos están puestos, más que en la gente, en los fondos de la descentralización.
Declaramos con firmeza, que Colón no aguanta más una administración tipo Martinelli, que varía los métodos y no los resultados. Fue el actual gobierno quien hizo de las necesidades del pueblo de Colón su bandera política y mejor consigna. Hoy, le toca cumplir, y los colonenses y todo el pueblo panameño están en vigilia y en estado de expectación, para que sean cumplidos los compromisos oficiales con responsabilidad y rentabilidad social.
Reunida en la tierra de los héroes, mártires y luchadores sociales Pedro Prestan, Juan Antonio Navas, Antonio Yépez De León, Vanguardia Torrijista declara que la solución de los problemas de Colón no puede limitarse a la expulsión de la población (empobrecida) de las 16 calles, para crear una vitrina comercial y portuaria, mientras se traslada el hacinamiento y la pobreza lejos de las cámaras de los turistas. Por el contrario, es necesario establecer un Plan Maestro concertado con las organizaciones sociales, que privilegie la recuperación del empleo digno, el uso armónico de las tierras nacionales y la creación de condiciones que garanticen la calidad de vida, en especial de niños jóvenes y mujeres colonenses.