Testimonio en el aniversario del mártir Tito Benítez

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Homenaje póstumo a Tito Benítez. (Foto de Archivo).

Por David Pérez
Periodista

«Si fallan las negociaciones, armas para la liberación”. Bajo esa consigna, 100 destacados militantes de la gloriosa Federación de Estudiantes de Panamá (FEP) subieron a las montañas de Coclesito, en la provincia de Colón, para responder al reto que les hizo el comandante Omar Torrijos.
El 1 de agosto de 1976, los 100 jóvenes, junto a un contingente de la Compañía Expedicionaria de la Guardia Nacional, se dividieron en dos campamentos: el No.1, dirigido por Luis “Lucho” Gómez, y, el No. 2, encabezado por Cecilio Simon. Su misión estaba muy lejos de la consigna adoptada.
Los jóvenes se organizaron para socolar el pasto, talar arboles, construir puentes colgantes. Asimismo, se turnaban para cocinar los alimentos, limpiar las letrinas. Cada uno debió lavar su ropa en el río. De noche, los brigadistas alfabetizaban a los campesinos en esa apartada región del país que sería incorporada a los planes de desarrollo nacional.
Sin embargo, el 24 de agosto de ese año, sucedió un terrible accidente en el campamento No. 1, que arrebató la vida al compañero Tito Benítez Salinas. Otros tres estudiantes resultaron con lesiones, algunas de consideración, cuando intentaban derribar con hachas un inmenso árbol en la selva.
Un helicóptero tripulado por el teniente coronel Lorenzo Purcell, de la Fuerza Aérea Panameña (FAP), llegó al área del accidente para socorrer y evacuar a los heridos, y entregar un escueto mensaje del comandante Omar:
Muchachos: las armas son para nosotros los militares. Las de ustedes, la generación del 2000, son los libros. Allí está la verdadera liberación nacional. Ustedes no tienen nada que demostrar. Es claro que si la patria pide el mayor de los sacrificios, ustedes estarán en la primera fila”.
Los dirigentes políticos Ramiro Vásquez y Luis Navas confirmaron que el jefe militar y líder del proceso negociador de los Tratados del Canal de Panamá lloró al conocer la infausta noticia y pidió a los integrantes del contingente estudiantil que bajasen de la montaña.
Con determinación, los militantes de la FEP decidieron permanecer en el área montañosa hasta el 31 de agosto, día en que finalizaba el trabajo voluntario. Debido a ello, no pudieron asistir al sepelio de Tito.
En homenaje al valeroso compañero desaparecido, los 96 Hombres de Cara al Viento caminaron durante más de 14 horas, desde Coclesito hasta el distrito de La Pintada, en la provincia de Coclé. De allí, fueron trasladados, con sus respectivos machetes y hachas de trabajo al hombro, hasta el Aula Máxima del Instituto Nacional, mientras coreaban la consigna “Esto no es apoyo…esto es militancia”.

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