Pesca ilegal golpea a pescadores artesanales panameños

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Pesca ilegal golpea a pescadores artesanales panameños

(Redacción de Bayano)

La pesca ilegal no reglamentada, también denominada INDR, por sus siglas en inglés, golpea a los pescadores en la costa del Pacífico panameño, donde deben alejarse cada vez más lejos para obtener su sustento. Las extensas áreas protegidas son difíciles de custodiar de día y de noche, y son el blanco de barcos extranjeros que llegan para succionar los recursos del mar.

Algunas naves de pesca llegan a Panamá procedentes de Costa Rica y luego realizan faenas en áreas protegidas en el Golfo de Chiriquí o en zonas contiguas al Parque Nacional Coiba, de gran biodiversidad marina. La pesca ilegal en Coiba se registra cuando una embarcación ingresa una milla antes de los límites establecidos para la reserva y expone a los marinos a la detención.

Las sanciones contra los tripulantes de lanchas y barcos que realizan pesca ilegal en Panamá, van desde 1.000 hasta 10.000 dólares, en dependencia de los delitos cometidos. Las autoridades locales están obligadas a realizar el decomiso del producto y donar la carga incautada a asilos, sanatorios y hospicios.

Un informe de 2014 señala que la Autoridad de los Recursos Acuáticos de Panamá (Arap), la Autoridad Marítima de Panamá (AMP) y la Comisión de Pesca INDNR, reveló que fueron decomisaron en el Pacífico panameño más de 16.000 libras de marlín, cerca de 11.000 libras de pez dorado, 4.000 libras de tiburón, 400 libras de cambute y casi 200 libras de cherna, entre otras especies como atún, sardina, langosta y langostino.

La cifra de incautaciones es ínfima, comparada con el volumen extractivo de la pesca ilegal, por lo que la Fundación MarViva trabaja en una aplicación para celulares que permitiría a cualquier persona utilizar sus dispositivos móviles para denunciar a las naves intrusas que ingresan a aguas jurisdiccionales de Panamá.

Gobiernos, organismos multilaterales y pescadores reconocen que la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada, representa una grave amenaza para los recursos marinos mundiales, ya que la sobrepesca destruye los medios de subsistencia de muchas comunidades dependientes de los recursos pesqueros.

La pesca ilegal y la de arrastre industrial –que provoca el descarte de millones de pescados capturados con redes- forman una combinación casi letal, que amenaza la sustentabilidad pesquera mundial y golpea a la conservación marina,

Se estima que cada año son capturadas ilegalmente entre 11 y 26 millones de toneladas de pescado, cifra que representa por lo menos el 15 por ciento de las capturas mundiales. El valor global de la pesca INDNR se calcula en 10.000 millones de dólares al año.

En 2012, el Ministerio panameño de Relaciones Exteriores presentó a la Unión Europea (UE) un informe, en respuesta a la decisión de la Comisión Europea que amenazó a Panamá con sanciones, acusando a este país de permitir la pesca ilegal en sus aguas.

Un año antes, Panamá estuvo a punto de recibir tarjeta roja del organismo europeo, pero demostró que hubo algunas mejoras en sus mecanismos de control pesquero. Sin embargo, la pesca ilegal representa un talón de Aquiles para este país, y la solución tiene que incluir a pescadores artesanales y a organismos de vigilancia.

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