Nica Act, política del “Big Stick”

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Nica Act. Política del Gran Garrote"

“Si deseamos ofrecer nuestra aportación efectiva al cambio de la historia, generando un desarrollo real, es necesario que escuchemos el grito de los pobres y nos comprometamos a sacarlos de su situación de marginación” Papa Francisco.

Por Cecilio E. Simon E.
Redacción Bayano digital

En el mensaje anual del 6 de diciembre de 1904, el presidente Theodore Roosevelt, sustentado en la Doctrina Monroe, pronuncia lo que se considera el primer discurso doctrinario de la política exterior imperialista de los Estados Unidos.  En él hace particular énfasis a las relaciones con China y sustenta sus intervenciones en Cuba, Venezuela y Panamá.

«Todo lo que esta nación desea es ver el establecimiento de las naciones lindantes, reglamentadas y prósperas. Todo pueblo que es bien conducido, puede contar con nuestra amistad desinteresada. Si una nación muestra que sabe cómo actuar con eficiencia razonable y decencia, en asuntos sociales y políticos, si conserva el orden y paga sus obligaciones, no deberá temer interferencia de los EE.UU”, decía Roosevelt en su mensaje.

Afirmando la Doctrina Monroe, tomando las medidas que hemos tomado, referentes a Cuba, Venezuela y Panamá, esforzándonos para que se circunscriba el teatro de la guerra en el Lejano Oriente, y para asegurar la puerta abierta en China, hemos actuado, tanto en nuestro propio interés, como en el interés de la humanidad en general”.

Bajo el aforismo «habla suavemente y lleva un gran garrote, así llegarás lejos» (speak softly and carry a big stick, you will go far), resumió la política exterior de la potencia mundial que desplaza a Inglaterra y Francia.

Trump con un garrote que grita

Al igual que Roosevelt, la administración Trump considera a China un enemigo de cuidado y  el accionar de su política exterior está dirigida a debilitar a los nuevos socios comerciales y políticos de la potencia asiática.  Para Trump, en éste escenario no cabe del discurso suave de la doctrina Roosevelt, que busca restablecer el dominio de su patio trasero, ahora bajo el control de gobiernos progresistas que favorecen la penetración de China en la región.

Al desesperado esfuerzo de dominación de los Estados Unidos como potencia hegemónica, la podemos denominar post-imperialistas, que tiene entre sus manifestaciones los esfuerzos de fortalecer su mercado interno, revertir la crisis económica, el deterioro del poder de intermediación del dólar como divisa en el comercio internacional, enfrentado a  la creciente influencia comercial de la divisa de China en el mercado mundial y la penetración del gigante asiático en la esfera de dominación de los Estados Unidos, que la ha llevado a declarar a China Popular como su enemigo numero uno.

El post-imperialismo, un garrote que no sonríe

En este escenario, el  locuaz presidente norteamericano y la corte ultraderechista que acompaña, acosados  y amenazados por la disputa de su hegemonía, se pasean  con un gran garrote subversivo y belicista desnudos del lenguaje suave propuesto por Roosevelt para los amigos.

El post-imperialismo no conoce la amistad, atacan con la misma saña a sus aliados en México, Colombia y Panamá que a los que consideran sus adversarios en Brasil, Venezuela y Nicaragua.

Para ellos las elecciones ya no son el camino democrático válido para el acceso al poder. Basta que algún sedicioso charlatán patrocinado ellos grite fraude, para que convoquen a sus organismos regionales y de manera unilateral, declaren ilegitimo al gobierno que se sitúa fuera de la «lista» de los que ofrecen su «amistad desinteresa».  A éstos  les aplican la perversa lógica intervencionista denominada “golpes blandos”, que favorece entre sus recursos las llamadas «sanciones económicas», que reemplazan a las cañoneras de Roosevelt.

La vieja Diplomacia del Gran Garrote.

El Nica Act exigirá a sus representantes en las instituciones financieras internacionales, que utilicen el voto y la influencia de Estados Unidos para oponerse a cualquier préstamo a Nicaragua, a menos que hayan mejoras democráticas. Las  «sanciones económicas» propias del post-imperialismo, se proponen debilitar a la Revolución Sandinista, pero a su vez afecta a sus propios aliados nicaragüenses en las cámaras empresariales.

Las sanciones aprobadas por la Cámara, coloca a Nicaragua en la «lista» y por tanto no podrá contar con la “amistad desinteresada” del gobierno estadounidense, porque “no es bien conducido”, al decir de Roosevelt.

China es la clave en este entramado

  • El proyectado canal por Nicaragua, financiado por China, podría justificar que ahora se coloque al país centroamericana en la tarjeta de tiro del imperio norteamericano, de la misma manera como hacen con otros gobiernos progresistas y revolucionarios iberoamericanos, que decidieron tomar el camino de la autodeterminación y defensa de sus intereses nacionales.
  • El golpe de estado contra Dilma Rouseff y el proyecto que busca impedir por la vía judicial, lo que no logran por los votos; un nuevo mandato de Luiz Inácio Lula Da Silva, tiene como objetivo debilitar la presencia de Brasil en la BRICS, liderado por China.
  • La política subversiva y el bloqueo contra Venezuela también e la escenificación de la política del gran garrote, desplegada por el imperio para evitar un mayor influencia comercial de China y su acceso a las reservas de hidrocarburo.
  • El bloqueo continuado a Cuba, que busca entro otros propósitos, dificultar el intercambio comercial de China con África desde el estratégico puerto de Mariel.
  • Panamá, a pesar de la sumisión del gobierno del presidente Varela a la agenda Trump contra Venezuela, es agredida por los Estados Unidos y sus aliados europeos (Los  «Panama Papers», La lista Clinton en el Caso Waked y la Lista Negra de la Unión Europea), lo que hace suponer el desagrado que produce para esas potencias las relaciones del país centroamericano con China, que la ubican en la estratégica Ruta de la Seda.

El Nica Act no escucha el grito de los pobres

Bayano digital reitera lo expresado en su edición No.102 del 3 de octubre pasado. Las medidas del gobierno estadounidense contra Nicaragua se oponen a las tres “T” del Papa Francisco: Tierra, Trabajo y Techo.

El Banco Mundial en su informe del 10 de abril de 2017, sobre el Panorama General de Nicaragua señala:

  • “La estabilidad macroeconómica de Nicaragua ha permitido que el Gobierno adapte sus decisiones a estrategias pioneras de más largo plazo para combatir la pobreza, especialmente en las zonas rurales (…) El respaldo de la Asociación Internacional de Fomento (AIF), el fondo del Banco Mundial para los países más pobres, ha sido clave  para que este cambio sea una realidad”.
El Nica Act afectará el crecimiento económico de Nicaragua.
  • Para el período 2009 a 2014 en Nicaragua hubo una disminución de 13 puntos porcentuales en la pobreza nacional, que descendió de 42,5 a 29,6 por ciento. Mientras que, para el mismo período, la pobreza extrema registró una disminución de 6 puntos porcentuales, tras pasar del 14,6 por ciento a un 8,3 por ciento, dice el informe del Banco Mundial”. 

No cabe duda, el Nica Act es la manifestación perversa de la “amistad desinteresada” que dice profesar el gobierno estadounidense. ¡Ellos no escucha el grito de los pobres! como demanda el Papa Francisco.

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