“Los estadounidenses viven en una cultura del miedo”
- Tras el asesinato de dos jóvenes negros, cinco policías murieron también víctimas de las balas. Si no se establece un diálogo, esta espiral de violencia tendrá graves consecuencias, dice el politólogo Lucas Scott*.
Por DW
DW: ¿Cómo puede escalar así la violencia en una sociedad como la estadounidense?
Lucas Scott: En Estados Unidos siempre ha existido esta contradicción. Por un lado, es un país económica y militarmente fuerte, que tiene –a pesar de las muchas falencias– un muy buen sistema político. Pero al mismo tiempo, los estadounidenses viven en una cultura del miedo. Este es un país muy asustado, desde hace décadas.
Lo he visto durante la Guerra Fría, y después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001. La gente le tiene mucho miedo a las dificultades. Le teme a las drogas y al crimen. El movimiento Black Lives Matter se fundó después de que en Ferguson fuera asesinado el joven estudiante afroamericano Michael Brown, a manos de un policía blanco.
El movimiento se ocupa de cuestiones muy importantes. Black Lives Matter no sólo tematiza la presunta y real violencia policial, sino también la situación económica, el desempleo y la desigualdad de ingresos entre negros y blancos. Sin embargo, existe el riesgo de que este movimiento sea visto como una amenaza por la policía. Si es así, sería cerrar las puertas a un diálogo, lo que daría inicio a un conflicto.
El ex congresista Joe Walsh habla en Twitter de que estamos en guerra. Si los políticos aprovechan la situación y asumen este tipo de lenguaje, como Donald Trump, la sociedad podría empezar a desintegrarse. Yo diría incluso que se trata de una amenaza, si el lenguaje usado es cada vez más rudo. La política de Estados Unidos enfrenta un serio problema.
DW: En las redes sociales muchos se declaran ahora víctima de acoso. ¿Qué tan peligroso es este clima de acusaciones mutuas?
Los medios sociales pueden intensificar y agilizar la exasperación porque entre amigos y aliados se puede criticar al adversario más fuertemente. Se han realizado esfuerzos para superar las recriminaciones. E irónicamente, la policía de Dallas había permitido las manifestaciones como una vía para el diálogo. Pero esta tragedia podría tener una consecuencia funesta: que se tomen medidas represivas contra manifestantes o que las protestas sean prohibidas.
Tanto la policía como los manifestantes se apresuran a declararse “víctimas”. Pero no debemos caer en la trampa de las acusaciones mutuas y abrir una vía al diálogo.
DW: ¿Hay alguna relación entre la cultura de las armas de fuego y la militarización de la policía?
Esta es una pregunta que nos hacemos desde hace años. Creo que mientras gastamos tiempo buscando hacer frente al problema de la libre disposición de armas en Estados Unidos, la falta de control de armas de fuego habrá carcomido nuestra sociedad. Si no apostamos por el diálogo, intensificamos el conflicto. Entonces, las consecuencias serán graves.
*Lucas Scott es un experto en ciencias políticas, de la Universidad de Birmingham, con un enfoque en la política estadounidense.