Las declaraciones de Washington contra el Gobierno venezolano llegaron al punto más álgido: una amenaza de intervención militar. Sin embargo, el camino previo ha estado lleno de contradicciones y afirmaciones erráticas que para algunos expertos buscan generar el caos.
RT
“Impredecible” pareciera ser la palabra que define la relación de la Casa Blanca con Venezuela. Sin embargo, habría que ir más lejos y hablar de la “teoría del loco”, una estrategia de política exterior estadounidense que se utiliza desde los años sesenta justamente para plantear el caos entre los países adversarios.
El pasado viernes en la tarde, cuando la mayoría de los trabajadores venezolanos volvían a sus casas tras más de dos semana sin protestas violentas, una noticia ardió en las pantallas de los teléfonos móviles: el presidente estadounidense, Donald Trump, dijo que no descartaba una “opción militar para Venezuela”.
Este anuncio estuvo precedido por sanciones económicas a altos funcionarios venezolanos, incluido el presidente Nicolás Maduro, además de representantes de los poderes públicos, como respuesta a la convocatoria a elecciones para elegir a los representantes de la Asamblea Nacional Constituyente, en las que el pasado 30 de julio participaron ocho millones de personas, de un padrón electoral de 19 millones.
Distintos funcionarios de Washington habían preparado el terreno con declaraciones catalogadas como sin “unidad de criterio” por analistas venezolanos. El asesor de seguridad nacional estadounidense, Herbert McMaster, llamó “dictador” a Maduro, mientras que el secretario de Estado de EE.UU., Rex Tillerson, esperaba un Gobierno de transición y el encargado de Sudamérica del Departamento de Estado, Michael Fitzpatrick, manifestaba su “respeto al Gobierno oficial”.
El investigador británico Nafiz Ahmed en un artículo publicado en Rebelión analiza la “imprevisibilidad” de las acciones emanadas de la Casa Blanca y cita el ejemplo de los bombardeos a Siria y la ‘teoría del loco’ que aplicó Henry Kissinger, consejero de Seguridad Nacional durante el gobierno de Richard Nixon (1969-1973), cuando atacó Vietnam, y que según él, aún es utilizada por funcionarios estadounidenses.
“El planteamiento de Kissinger es que las administraciones estadounidenses eviten la prudencia recomendada por los expertos y opten por ‘la redefinición constante de los objetivos’ y por ‘la fuerza para plantear el caos”, afirma Ahmed.
En su opinión, ese comportamiento “errático” y aparentemente “irracional” de los dirigentes estadounidenses es para “aventajar a sus oponentes y rivales” y ponerlos a la “defensiva por temor a la peligrosa volatilidad del poder de EE.UU”.
El factor miedo
El anuncio hecho por Trump “busca dividir a las Fuerzas Armadas, generar miedo e incertidumbre”, explica a RT el presidente de la Federación de Asociaciones y Entidades Árabes de Venezuela, Adel El Zabayar, al tratar de definir cómo se aplica la ‘teoría del loco’ a Venezuela. “Quieren recordarle al mundo que son amenazantes”, dice.
En Venezuela existe control cambiario, una medida regulatoria adoptada por el Gobierno del fallecido presidente Hugo Chávez, en 2003, que se ha mantenido durante la presidencia de Maduro, para evitar principalmente la fuga de divisas.
Las acciones de EE.UU. han venido acompañadas por un alza de 100% de dólar paralelo (ilegal), que ha causado un incremento de más de 100% en el precio de los alimentos y productos básicos en menos de dos semanas. Este fenómeno especulativo ha causado, según el Gobierno venezolano, una “inflación inducida” y un “bloqueo económico de facto”.
En opinión de El Zabayar, “el miedo es lo único que mantiene fortalecido al dólar”, que en menos de una semana pasó de aproximadamente 10.000 a 20.000 bolívares por dólar, incluso después de realizadas las elecciones, que eran presentadas como los analistas económicos opositores como un factor de desestabilización.
“EE.UU. vive y le da fuerza a su moneda a través de demostrar que son una potencia hegemónica capaz de amedrentar a un país”, considera.
Para el venezolano de origen sirio, las acciones en contra de la economía podrían ir acompañadas de acciones contra áreas neurálgicas para el país como el sector eléctrico, industrias básicas o petroleras.
“Entender la guerra es el primer paso para ganarla”
Uno de esos ataques fue denunciado por el presidente de Cantv, la empresa telefónica del Estado, Manuel Fernández, quien informó que el pasado 7 de agosto habían cortado varios cables de fibra óptica en distintas ciudades venezolanas, lo que causó que más de siete millones de personas quedaran sin servicio de telefonía móvil y con fallas en Internet.
Estas acciones se unen a las denuncias de sabotaje al sistema eléctrico nacional que en reiteradas oportunidades ha hecho el ministro de Energía Eléctrica, Luis Motta Domínguez, quien informó sobre el corte intencional de un cable submarino, el pasado mayo, que dejó sin el servicio al territorio insular del estado Nueva Esparta.
“Es posible que la derecha intente jugar al caos a través de elementos terroristas”, dice El Zabayar.
Según el Manual TC 1801 de las Fuerzas Especiales del Pentágono, analizado por el portal de investigación Misión Verdad, Venezuela es víctima de una guerra no convencional donde solo restan cumplir dos fases que corresponden a acciones desestabilizadoras causadas por “guerrillas a pequeña y a gran escala”. Mientras tanto, la “teoría del loco”, donde nada pareciera predecible, podría seguir aplicándose en la política exterior estadounidense con el país suramericano.