Por Rolando Gabrielli ©2017
Poeta y escritor chileno
No me hables de Rulfo cien años después,
un siglo del nacimiento de la raíz.
Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaíno,
hijo de un mayo a punto de estallar
en la aridez de la vida y de la muerte,
fantasmas de esta página,
los muertos siempre serán rulfianos
hasta la muerte
Frente a todas las muertes,
la vida tiene su propia vida y caminos,
Piedra por piedra,
Pedro Páramo es el mejor,
a la luz de su memoria y voces vivas,
la realidad es lo real de la imaginación.
¿Si no es de los adentros, de dónde,
nace entonces tanta palabra viva,
tanta palabra muerta?
La realidad es cosa viva,
cosa muerta,
Jalisco no se raja,
para eso están sus almas muertas,
espíritus vivos,
vidas muertas,
muertas vidas.
Nadie patrocina mejor el silencio
que el cortejo de la propia muerte,
que preside la nube errante
del recién nacido.
Referencia sobre Juan Rulfo
Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaíno, conocido como Juan Rulfonota (Sayula, Jalisco, 16 de mayo de 1917 – Ciudad de México, 7 de enero de 1986), fue un escritor, guionista y fotógrafo mexicano, perteneciente a la generación del 52. La reputación de Rulfo se asienta en dos libros: El Llano en llamas, compuesto de diecisiete relatos y publicado en 1953, y la novela Pedro Páramo, publicada en 1955.
Juan Rulfo fue uno de los grandes escritores latinoamericanos del Siglo XX. En sus obras, se presenta una combinación de realidad y fantasía, cuya acción se desarrolla en escenarios mexicanos. Sus personajes representan y reflejan el tipismo del lugar con sus grandes problemas socio-culturales entretejidos con el mundo fantástico.
La obra de Rulfo y, sobre todo, Pedro Páramo, es el parteaguas de la literatura mexicana tras la novela revolucionaria. Ello permitió las experimentaciones narrativas, como es el caso de la generación del medio siglo en México o los escritores pertenecientes al “boom” latinoamericano.