Por Rodolfo Padilla-Torres
Foreing Affairs Latinoamérica
La colaboración del Programa de Jóvenes del Comexi
El sábado 13 de julio de 2024, el expresidente estadounidense y candidato del Partido Republicano a la Presidencia, Donald J. Trump, fue objeto de un ataque armado perpetuado por Thomas Matthew Crooks, un joven de 20 años oriundo de Pensilvania, quien fue abatido en el acto por agentes del Servicio Secreto.
Si bien el exmandatario sufrió heridas en el lado derecho de su rostro que no pusieron en riesgo su vida, el ataque está siendo investigado por el Buró Federal de Investigaciones como intento de asesinato. Diversas personalidades dentro y fuera de Estados Unidos se han referido al suceso y han condenado el ataque, incluyendo a los líderes de Alemania, Brasil, Canadá, China, Francia, la India, Israel, Japón, México y el Reino Unido, por mencionar sólo algunos.
A pesar de que, hasta el momento, aún no hay encuestas sólidas que permitan evaluar el impacto que el intento de asesinato tuvo en las intenciones de voto rumbo a la contienda electoral del próximo 5 de noviembre de 2024, la percepción que se puede recoger de los ciudadanos de a pie en el estado de California, y potencialmente en el resto del país, es que este suceso catapultará las preferencias de los votantes hacia el candidato republicano. Hasta el momento, Trump ya se encuentra al frente de diversas encuestas, especialmente después del debate presidencial del 27 de junio de 2024. En esa ocasión, el presidente Joseph R. Biden tuvo una actuación que, de acuerdo con múltiples analistas, puede ser clasificada como desastrosa, lo que llevó a diversas personalidades demócratas a pedir que se reconsidere su candidatura.
Además del impacto en el resultado de las elecciones, el intento de asesinato del expresidente despertó, o quizá sólo vocalizó, algunas “teorías de la conspiración”, las cuales denotan aspectos preocupantes no sólo del sector de la población que apoya al candidato republicano, sino de la visible polarización política que vive el país norteamericano. A continuación, algunos de los argumentos que por su elevada propagación en medios de comunicación resultan especialmente relevantes para el análisis.
QAnon
En una investigación realizada por la BBC en cuentas de la red social X (antes Twitter), se detectó a un grupo de usuarios identificados con el grupo QAnon (que difunde que Trump encabeza una batalla contra un perverso “Estado profundo” que tiene secuestrado al gobierno estadounidense), difundiendo la idea de que el gobierno de Biden, por medio del aparato de seguridad y de inteligencia del Estado, decidió el asesinato del candidato.
Esta idea, por absurda que parezca, tiene un trasfondo preocupante debido a la cantidad de personas que dan seguimiento a este tipo de comentarios (casi 5 millones de personas habían visto esta publicación). Además de la polarización que este tipo de ideas genera, el Southern Poverty Law Center ha documentado la relación entre grupos extremistas y seguidores de QAnon que organizan brigadas armadas para interceptar a migrantes en la frontera con México.
Complicidad del Servicio Secreto
Comentaristas de gran influencia en el país, como la activista Candace Owens, han propagado la idea de que el Servicio Secreto (encargado de la seguridad del Expresidente) actuó deliberadamente en contra del Trump al permitir que Crooks subiera al techo de una edificación con la distancia y el ángulo propicio para disparar en contra del candidato republicano. Owens incluso señaló que el Servicio Secreto le dio tiempo al atacante para prepararse y que, una vez hubo fallado, decidieron asesinarlo.
Personalidades de la talla del dueño de X, Elon Musk, han aprovechado su gran influencia en redes para mofarse del trabajo del Servicio Secreto, recogiendo cientos de miles de reacciones positivas. Este tipo de comentarios se han propagado con gran velocidad por las redes sociales, incluyendo críticas a aspectos como el género y el peso de las agentes que se encontraban a un costado del expresidente al momento del ataque.
Montaje
Contrario a las teorías que describen a un poder oculto tratando de detener a Trump, también se ha hecho notar la idea de que el ataque fue planeado y que la vida del candidato nunca estuvo en riesgo real. Importantes empresarios, como el cofundador de LinkedIn y donante demócrata Reid Hoffman, escribió que el ataque fue “alentado y tal vez incluso escenificado”. Hoffman se disculpó más tarde por sus comentarios; no obstante, ideas similares han inundado los medios de comunicación destacando la imposibilidad de que un suceso de tal magnitud pudiera pasar desapercibido.
Implicaciones
El hecho de que un suceso tan grave, como el intento de asesinato de un candidato a la presidencia del país más poderoso del mundo, genere tanta desconfianza pública en las autoridades estadounidenses, implicándolas en los preparativos y la ejecución del ataque, resulta indicativo del proceso de polarización y desconfianza que vive el país.
Para entender este fenómeno, resulta interesante remitirse a los estudios que Garen J. Wintemute, investigador de la Universidad de California-Davis, ha llevado a cabo en los últimos años para documentar la percepción social en torno a la democracia y la violencia política. En uno de sus más recientes informes, basado en los resultados de una encuesta representativa a nivel nacional, Wintemute reveló algunas señales que, combinadas con un ambiente político tan complejo como el que estamos apreciando en estos momentos en Estados Unidos, pudieran desestabilizar la gobernanza del país norteamericano, así como la de sus socios: 1) un tercio de las personas encuestadas considera que la violencia suele estar justificada para conseguir objetivos políticos específicos; 2) 1 de cada 5 personas están de acuerdo o muy de acuerdo en que “tener un líder fuerte en Estados Unidos es más importante que tener una democracia”; 3) alrededor de 17% están de acuerdo o muy de acuerdo en que “en Estados Unidos, los blancos nativos están siendo sustituidos por inmigrantes”, y 4) 14% están de acuerdo en que “en los próximos años habrá una guerra civil en Estados Unidos”.
Si bien el exmandatario sufrió heridas en el lado derecho de su rostro que no pusieron en riesgo su vida, el ataque está siendo investigado por el FBI como intento de asesinato.
sucesos de violencia política y polarización social que estamos atestiguando en la antesala de las elecciones presidenciales del 5 de noviembre de 2024, sumado a los datos emanados de investigaciones serias, deberán seguir siendo cuidadosamente monitoreados y analizados como un tema prioritario de política exterior. Deben seguirse de cerca debido a las enormes implicaciones que este tipo de acontecimientos podrían tener no solo al interior de Estados Unidos, sino en socios estratégicos, como México, y particularmente en la vida de los casi 40 millones de personas de origen mexicano que residen en suelo estadounidense.
RODOLFO PADILLA-TORRES es maestro en Corrupción y Gobernanza por el Centro para el Estudio de la Corrupción de la University of Sussex, y en Prospectiva Estratégica por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), así como licenciado en Relaciones Internacionales por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), con especialidad en Inteligencia para la Seguridad Nacional por el Instituto Nacional de Administración Pública (INAP). Es especialista en las relaciones entre Estados Unidos y México. Sígalo en X en @Rodolfo_Padilla.