La Ley 245 y el espíritu de la corrupción.
Por Cecilio E. Simon E.
Redacción de Bayano digital
Es cierto, la corrupción siempre ha existido y Panamá no es la excepción. Juan B. Sosa reseña la gestión de Don Francisco Pérez de Robles, primer Presidente de la Real Audiencia de Panamá de 1537 a 1543 cuando fue destituido por corrupción.
Su gestión presidencial fue en sus inicios exitosa, sin embargo, en los años posteriores patrocinó un conjunto de excesos administrativos y de actividades delictivas. Narra el historiador que el presidente Pérez de Robles construyó para sí, con fondos de la corona, un palacio y al ser destituido se convirtió en el palacio de gobierno.
Durante 60 meses el ex presidente Ricardo Martinelli sometió a Panamá al mejor diseño de la corrupción que ha conocido el país en toda su historia. El plan estratégico 2010 – 2014 diseñado por sus aliados panameñistas en el Ministerio de Economía y Finanzas incluyó inversiones por 13,500 millones de dólares y el 40% se adjudicó a Odebrecht en contratos de infraestructura.
La investigación del escándalo de los sobornos de Odebrecht debe incluir sin selectividad las contrataciones ejecutadas por la constructora brasileña desde su llegada al país en el 2006 hasta las concedidas por administración actual, que supera los 2 mil millones de dólares.
Es sabido que los primeros indicios que fueron presentados por Odebrecht al Departamento de Justicia de los Estados Unidos, apuntan a la administración 2009 – 2014 y que los experimentados ingenieros políticos instalados en Miami, seguramente recomendaron al aliado renovado de Martinelli la aprobación de la ley 245, para eludir el golpe y desviarlo a otros actores. En este contexto, no sería nada descabellado que se propongan reabrir el caso de Don Francisco Pérez de Robles, para sacar del palacio presidencial al espíritu de la corrupción, antes de que el Papa Francisco venga a Panamá. ¡Válgame Dios!