La Huelga de 1920 en la Zona del Canal

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La Huelga de 1920 en la Zona del Canal

(Texto del diario Panamá América 12/2/06)

Muchas personas ignoran el hecho de que los paros y las huelgas durante la construcción del Canal ocurrían con frecuencia. La historia nos indica que lo que pudo haber sido la primera huelga, se dio en 1880, durante la construcción del Canal francés, luego hubo otras en 1881, 1895, 1904, 1907 y en 1920. De todas las huelgas señaladas, la más impactante fue la que ocurrió el 24 de febrero de 1920.

Había en esa época 2 grupos claramente identificados de obreros en la Zona del Canal: los ciudadanos americanos, quienes vivían con los estándares de vida de sus comunidades en Norteamérica y los antillanos, cuyos estándares eran más elevados que en las Antillas, pero muy por debajo de su contraparte norteamericana. El salario se basó en el nivel medio de los salarios que en ese momento se pagaban en su lugar de procedencia, como consiguiente los no norteamericanos obtenían un salario tan inferior a los norteamericanos, que abochornaba trabajar al lado de compañeros haciendo las mismas tareas, pero con salarios y con condiciones superiores. El contrato que firmaron lo no norteamericanos para venir a Panamá, establecía una jornada de 10 horas. Lo más difícil inclusive era obtener un aumento por antigüedad o cambio de tarea.

La disparidad tan enorme y el costo de vida, estaban diezmando la población no norteamericana. Los bancos no otorgaban préstamos, no existían las cooperativas, no había planes de jubilación y los trabajadores trabajaban hasta fallecer en sus puestos. Era común ver personas con más de 50 años de servicios.

La agremiación sindical existía únicamente para los norteamericanos bajo las filas del CLUMTC que junto a los trabajadores del Gold Roll, sostenían una constante oposición a las reivindicaciones de los antillanos, pues los veían como rivales y no como compañeros de trabajo.

La administración del canal decretó para el 1 de febrero un aumento de 2 centavos por hora para los obreros antillanos, pero ellos insistieron en un aumento de 7 centavos por hora, y a la vez presentaron un pliego de aspiraciones que incluía, entre otras, las reivindicaciones siguientes: un día laboral de 8 horas, tiempo y medio pagado por tiempo laborado sobre las 8 horas, la concesión de un día por cada domingo o día feriado trabajado, la restitución a su puesto y pagado por el tiempo perdido al empleado removido por cargos judiciales no comprobados, etc.

El gobernador de la Zona del Canal de Panamá, Chester Harding, al recibir el pliego de aspiraciones de 14 puntos, respondió inmediatamente, rechazándolo de pleno, así que el 24 de febrero de 1920 bajo el liderazgo de William Preston Stoute y Samuel Innis, aproximadamente 17.000 empleados se unieron al llamado a huelga y no asistieron a trabajar. La huelga inició principalmente en la ciudad de Colón, donde casi el 90% de los trabajadores detuvieron sus labores. El líder obrero William Preston Stoute, al hacer el llamado a la huelga, solicitó a todos mantenerse en sus casas, que no se aglomeraran en lugares públicos y que evitaran toda violencia o conato de violencia.

El gobernador Chester Harding, al rechazar el pliego, amenazó con expulsar de sus trabajos y de sus hogares en la Zona del Canal a todo trabajador que no estuviese en su puesto el día 26 de febrero. Las reglas existentes autorizaban reemplear a los huelguistas, pero a un sueldo inferior al que devengaban antes de la huelga. Los obreros, no obstante, se mantuvieron firmes en sus propósitos y justamente el día 26 fueron cesados en sus funciones y expulsados de sus hogares. Adicionalmente, la administración entabló una campaña de empleo sin el requisito normal de exámenes de aptitud, y los desocupados locales formaron filas para ocupar las posiciones recientemente declaradas vacantes.

Siete días después, el 2 de marzo, los huelguistas, viendo desvanecer toda posibilidad de éxito regresaron a sus puestos de trabajo, finalizando la huelga. Una derrota apoteósica.

El dirigente Preston Stoute, jamaicano nacionalizado panameño, fue expulsado del país y enviado a Cuba, y Samuel Innis fue expulsado de la Zona del Canal, y luego se le permitió viajar a los Estados Unidos.

Esa huelga tuvo un gran impacto en la nación panameña, cuando los desplazados de sus hogares en la Zona del Canal fueron reubicados a la economía local. Los dueños de las viviendas aprovecharon la situación y aumentaron los cánones de arrendamiento, que a la vez perjudicó adversamente al trabajador en la economía local, que no devengaba el salario del trabajador zoneíta. Los que se vieron afectados por el alza desmedida, protestaron, sembrando la semilla que condujo a la gran Huelga Inquilinaria de 1925.

El gobierno de la Zona del Canal evitó futuras huelgas al incorporar dentro del contrato de empleo la condición de no promover ni apoyar huelgas dentro de su lugar de trabajo. Desde esa fecha el Canal se pudo liberar de disturbio o agitación que pudiera afectar el cruce de barcos.

Pero este cuento no ha terminado. El ingenio del hombre puede más que las leyes y las prohibiciones. Durante la década de los años 70, los prácticos del Canal, que en su mayoría eran norteamericanos, declararon un “Sick Out”, que casi paraliza el Canal. El “Sick Out” es una ausencia por enfermedad planeada.

Los altos salarios y previsiones sociales que devengan los trabajadores de la hoy ACP tiene su génesis en esos 120 años de luchas. Hombres como Pascual Ampudia, con 43 años de servicio; Foster Bourne, con 25 años de laborar y Edward Gaskin, educador y director de la escuela de la Zona del Canal, fueron expulsados por su justa lucha. La familia de Pascual Ampudia, quien reside en Río Abajo, recuerda con lágrimas en los ojos el reclamo de su abuelo quien sin jubilación ni pensión, falleció decepcionado por la falta de ayuda del gobierno nacional. El Sr. Foster Bourne, de 104 años, residente en Colón y el único sobreviviente de esas épocas de luchas, contempla los grandes salarios y plan de retiro de los canaleros, pero nadie ni siquiera le compra una taza de café en honor a su lucha. Él, mirando al infinito nos comenta: es como una doble injusticia, los héroes del 9 de enero se les recuerda todos los años, pero los héroes de 120 años de lucha ni siquiera han sido grabados en la historia panameña.

Bibliografía:
The Panama Canal, Federic Hasking, 1913
The Panama Canal Records, 1920
El Movimiento Obrero en Panamá, Luis Navas, 1974
Los Inmigrantes Antillanos en Panamá, George Westerman, 1980
Revista Cultural Lotería
Black Labor on a White Canal, Michell L. Conniff, 1985.

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