El legado de Torrijos y la crisis en el PRD 

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Bandera del Partido Revolucionario Democrático (PRD).

Por Virgilio Cerrud (*)
Sociólogo y docente universitario

Entre una “dirigencia desgastada” y aferrada al statu quo, se encuentra el socialdemócrata Partido Revolucionario Democrático (PRD). Se enfrentas a una renovación indecisa, que no define  ¿total o qué? y la refundación por el camino correcto para poder avanzar.
La llegada del PRD al “poder” en 1994,  con la figura de Ernesto Pérez Balladares, se produjo luego de que el imperio norteamericano invadió a Panamá en 1989. Aquella invasión terminó de dar una estocada fulminante al proyecto liberador de Omar Torrijos.
Todos los sectores que pidieron la invasión presumieron la desaparición de ese colectivo político. Es importante destacar que en medios de persecuciones, exilios, detenciones y cerco económico, el partido de Omar ganó las elecciones generales en 1994, sustentado por la declaración de principios, la plataforma programática, los estatutos que lo fundaron y, sobre todo, por la alianza histórica con los sectores sociales representativos de los trabajadores, los campesinos, los pueblos originarios, la juventud, los estudiantes y las mujeres comprometidos con la propuesta del torrijismo.
Sin embargo, algo diferente sucedió. Cuando el pueblo de a pie, los sectores sociales organizados y los torrijistas pensaban que se retomaría el camino impulsado por Omar Torrijos,  Pérez Balladares, representante de la oligarquía apeló junto a una camarilla para continuar el desmantelamiento del torrijismo, dando un zarpazo a la columna vertebral del partido, al reformar su declaración de principios.
De hecho, el mandatario tomó la plataforma programática y los estatutos del PRD para adecuarlos a la política impositiva del imperio y convertirlo en un colectivo político al servicio de la globalización neoliberal entregado al sector de la burguesía financiera, con un comportamiento entreguista.
Lo que ocurrió fue que debilitaron la única opción que le quedaba a los torrijistas y al pueblo para revertir el protectorado instaurado por el criminal invasor estadounidense, de tal manera que fuera la alternativa para culminar la transformación de la sociedad a beneficio de los necesitados del campo y de la ciudad.
Los elementos desestabilizadores convirtieron al partido creado por Omar (PRD) en una maquina clientelista, electorera, aliada de los sectores conservadores contrarios al proyecto torrijista. Esos mismos grupos votaron contra la ratificación de los tratados Torrijos-Carter y solicitaron la invasión de diciembre del 1989.
La Dirección del PRD se alió con los que han saqueado las arcas del Estado y evaden el pago de los impuestos. Sl Estado.  Asimismo, han negado el derecho del pueblo a tener una educación  pública de calidad y a recibir atención primaria y preventiva en materia de salud. a tener una vivienda digna y decorosa, y el rápido acceso a un trabajo decente y  bien remunerado, incluido el deporte, la recreación sana y al disfrute de una vejez respetable y placentera.
Con un PRD tomado por sectores ajenos al desarrollo humano, el siguiente paso fue la liquidación de  los frentes de masa. Los pocos frentes que quedaron activos fueron  mediatizados o usados como trampolín político para mantener la hegemonía política de las cúpulas.
De ese modo, fue rota la unidad del PRD con el movimiento social organizado que apoyaba el proyecto de Torrijos. Así fue fracturada la alianza histórica de Omar con el valeroso pueblo panameño.
Si hoy aún les quedase un ápice de dignidad a los miembros del Directorio Nacional del PRD, deberían hacer lo siguiente:
1. Exigir la renuncia al resto de la dirección de ese colectivo político.
2. Acordar como una forma de homenaje a Omar Torrijos la refundación  del PRD, sobre la base del torrijismo, pero con las luces largas puestas en los cambios del mundo multipolar del siglo XXI.
3.  De igual manera, los nuevos miembros del CEN, transitorio, deben acoger la segunda propuesta e iniciar la consulta pertinente con las bases para la refundación del partido.
Parafraseando a Omar, se impone un solo mandato: y un único y posible camino:
“Recojan la bandera, refunden el partido y cumplan el compromiso de Torrijos”. La tarea es convertir a Panamá en un país donde los niños sean felices y las futuras generaciones tengan una patria libre, soberana y centrada en el desarrollo sostenible.
Es necesario diseñar una nueva economía  fundamentada en el ser humano, sin bases militares genocidas, sin injerencia extrajera, en la que se reconozca el principio de la autodeterminación y la dignidad del panameño.
(*) Miembro fundador del PRD  y  de VT Colón

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