La Asociación de Profesores de la Universidad de Panamá (APUDEP) rechazó la violación de la autonomía universitaria por agentes de la Policía Nacional y exigió al gobierno el respeto absoluto a la institucionalidad en este país.
A continuación, Bayano digital reproduce el comunicado emitido por los dirigentes de la APUDEP para la defensa de la autonomía universitaria y la identidad nacional:
El 21 de junio de 1918, la Comunidad Académica de Córdoba (Argentina), anunciaba en su Manifiesto Liminar, un nuevo amanecer en la larga batalla por liberar a nuestras Universidades del escolasticismo y de las garras oprobiosas de las castas portadoras del pensamiento único, aliadas del poder económico latinoamericano enquistados en los centros públicos de educación superior.
Diecisiete años después de ese acontecimiento, estremecedor de la conciencia de nuestra América, se funda la Universidad de Panamá con la visión del liberalismo panameño encarnado en las figuras prestantes de los consagrados educadores Octavio Méndez Pereira, José Dolores Moscote, Jeptha B. Duncan, y la firme decisión del presidente de la República, Harmodio Arias Madrid. Gracias a ellos y a las luchas de la Federación de Estudiantes, la Asociación de Profesores de la República de Panamá, el Magisterio Panameño Unido, el Frente Patriótico de la Juventud, la activa participación de dirigentes femeninas como Clara González de Behringer, las educadoras Gumersinda Páez, Sara Sotillo, la dirigente obrera Marta Matamoros y el Partido Comunista y Socialista de Panamá; quedaría plasmado el concepto de la autonomía universitaria en los Artículos 86 y 87 de la Constitución Nacional hace 79 años, trazando los cimiento de su compromiso de defensa de la democracia y la identidad nacional, que hoy quieren desconocer figuras del gobierno del Presidente José Raúl Mulino. La Autonomía Universitaria es el logro del esfuerzo y sacrificio de vastos sectores de la sociedad panameña.
El tránsito de la Universidad de Panamá por nuestra historia lo testimonian sus aportes significativos al quehacer nacional, sus luchas y firme decisión de romper con las cadenas del colonialismo, quedó plasmado en el rechazo al Convenio Filós Hines, la Operación Soberanía del 2 de mayo de 1958, las batallas estudiantiles de mayo de 1958, la firma del Pacto de la Colina, la Siembra de Banderas en noviembre de 1959, el levantamiento del Cerro Tute, la Marcha del Hambre y Desesperación del pueblo colonense en 1959, la huelga de los trabajadores bananeros, la huelga estudiantil de agosto – septiembre de 1962 por la Reforma Universitaria, los acontecimientos de enero de 1964, el Congreso de la Soberanía, la huelga magisterial de 1965, la insurrección de la ciudad de Colón en 1966, la marcha de los trabajadores azucareros, el rechazo de los tres anteproyectos entreguistas, la lucha por el rescate de la soberanía nacional, su aporte a los tratados de septiembre de 1977, que pusieron fin al enclave colonial de los Estados Unidos en nuestro país, la lucha por el derecho y respeto de las libertades civiles y políticas, su firme oposición a la invasión estadounidense el 20 de diciembre de 1989.
En el umbral de alcanzar su novena década de compromiso social y transmisión del sentimiento nacionalista y defensa de la soberanía nacional, hoy los herederos del pensamiento de Octavio Méndez Pereira, mantenemos latente y en alto la defensa de la patria ante las posiciones genuflexa del gobierno nacional, presidido por José Raúl Mulino, de echar en el basurero las conquistas de recuperación del territorio nacional, librada durante el Siglo XX con la firma de los Memorándum de Entendimientos y otros Acuerdos que intentan reestablecer las Bases Militares Estadounidenses en el territorio nacional; así como otras concesiones que a todas luces constituyen una afrenta a la dignidad nacional, creando una conmoción en la sociedad panameña, quien rechaza la entrega de la Patria.
A esto tenemos que sumarle el conjunto de medidas antinacionales como la Reforma a la Caja de Seguro Social y su tozudez en la apertura del Proyecto Minero, concitando un descontento nacional que pretende ahogar a sangre y fuego con el uso de la Fuerza Pública y si es necesario pedirle a Estados Unidos la intervención militar como ocurrió en octubre de 1925 con la complicidad de la Cámara de Comercio y otros Gremios Empresariales, que están dispuestos a un baño de sangre que justifique su posición antinacional y entreguista. Siendo necesario la unidad de los diversos sectores de la sociedad panameña comprometida con el proyecto nacional democrático, participativo, solidario, independiente y soberano.
Pof. José Álvaro
Presidente de la APUDEP
