Cinco medidas clave que debe adoptar el Congreso para revitalizar la fuerza marítima de EE.UU.

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El USS Bataan (LHD-5) navega junto a la Estatua de la Libertad durante el inicio de la 36.a Semana de la Flota anual el 22 de mayo de 2024 en la ciudad de Nueva York. (Spencer Platt / Imágenes Getty).

Por Brent Sadler
@brentdsadler

El presente artículo fue publicado por The Heritage Foundation, de Estados Unidos, y revela una propuesta hostil hacia China. Bayano digital reproduce esa nota para orientar y advertir a los lectores sobre el riesgo del armamentismo estadounidense y la actitud militar desafiante. El autor de este enfoque es investigador principal de guerra naval y tecnología avanzada en el Centro Allison para la Seguridad Nacional.

PUNTOS CLAVES

1. Poner fin a los acuerdos con las entidades marítimas controladas por el Partido Comunista Chino.

2. En tercer lugar, crear un entorno atractivo para la inversión en las comunidades costeras y los astilleros de Estados Unidos.

3. En quinto lugar, garantizar hoy mismo el transporte marítimo adecuado para una crisis y una posible guerra. Esto es vital para sostener las operaciones militares y la economía en tiempos de guerra.

La fortaleza marítima de nuestro país ha ido menguando durante años, pero pocos responsables políticos se han percatado de ello, y mucho menos han tomado medidas reales, hasta ahora. Cada vez más miembros del Congreso están alzando la voz, y muchos de ellos están decididos a solucionar lo que se ha convertido en una vulnerabilidad estratégica nacional.

Por ejemplo, el senador Roger Wicker (republicano de Mississippi) anunció recientemente planes para aumentar el gasto de defensa en 55 mil millones de dólares para poner a la industria “en condiciones de entregar una Armada de 355 buques”.

Es un cambio que se esperaba desde hace mucho tiempo. Apenas el 0,4 por ciento de nuestro comercio se realiza en barcos estadounidenses, lo que deja nuestra seguridad y prosperidad en manos de empresas estatales chinas que dominan cada vez más todos los aspectos de la actividad marítima . Para reducir nuestra excesiva dependencia de naciones hostiles, el Congreso debe reactivar una industria crítica que requerirá medidas en materia de mano de obra, astilleros, construcción naval y transporte marítimo.

Recuperar la competitividad estadounidense es fundamental. Un renacimiento exitoso del transporte marítimo estadounidense nos permitirá generar impulso y crear las condiciones para una recuperación sostenida de la industria marítima estadounidense. Para ello se requieren cinco cosas.

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En primer lugar, hay que poner fin a los acuerdos con las entidades marítimas controladas por el Partido Comunista Chino. Algunos legisladores han defendido propuestas que introducirían gradualmente prohibiciones a los astilleros chinos que realicen obras de construcción o reparaciones en buques de propiedad o con bandera estadounidense. No importa que se introduzcan gradualmente: esas disposiciones deberían entrar en vigor de inmediato.

En segundo lugar, hay que buscar una causa común con las naciones marítimas aliadas para garantizar un entorno global propicio para una competencia justa y para un resurgimiento del sector marítimo estadounidense. Para garantizar un entorno empresarial libre de la depredación patrocinada por el Estado chino se necesita un Grupo Marítimo de Naciones que coordine las políticas regulatorias y financieras. Es hora de crear un G7 en el sector del transporte marítimo y la construcción naval, el llamado M9.

En tercer lugar, crear un entorno atractivo para la inversión en las comunidades costeras y los astilleros de Estados Unidos. La creación de zonas de prosperidad marítima es una manera de atraer inversiones (incluso de los aliados), que deberían haberse hecho hace tiempo y que son bienvenidas para ampliar los astilleros y puertos existentes y construir otros nuevos.

En cuarto lugar, hay que alentar a los estadounidenses a que se incorporen, innoven y hagan crecer el sector marítimo y desarrollen oportunidades lucrativas para más estadounidenses. Por supuesto, si no hay puestos de trabajo a los que recurrir, la formación de marineros, la creación de una fuerza laboral marítima y la atracción de los mejores ingenieros para la arquitectura naval serán en vano.

En quinto lugar, garantizar hoy un transporte marítimo adecuado para una crisis y una posible guerra. Esto es vital para sostener las operaciones militares y una economía en tiempos de guerra. Hay urgencia de actuar dado el peligro de una guerra en esta década , pero también garantiza empleos para los estadounidenses que ingresan en mayor número al sector marítimo.

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Pero no se trata de seguir aplicando las mismas políticas de siempre: preferencias de carga , Programa de Seguridad Marítima y Programa de Seguridad de Buques Tanque, sin incentivos para la innovación en la construcción naval. Si se vinculan a un diferencial de construcción de seguridad nacional reimaginado , los barcos con modificaciones estadounidenses para que sean a prueba de futuro podrían servir para impulsar una revolución en el transporte marítimo. Esto fomentaría una ventaja comparativa estadounidense y una mayor participación de mercado en el sector marítimo mundial.

Por supuesto, nada es gratis, pero el costo de esta iniciativa se puede afrontar de manera inteligente. Una forma de hacerlo es crear un fondo fiduciario de seguridad marítima financiado mediante el aumento de las tarifas de uso de los puertos para los buques que no tengan bandera estadounidense y aranceles a los transportistas chinos que apoyan a sus fuerzas armadas.

Nuestros líderes deben actuar con visión y un enfoque integral que abarque las cinco preocupaciones mencionadas anteriormente. De esta manera, nuestra nación puede liderar una revolución en el transporte marítimo y poner fin a su vulnerabilidad estratégica marítima.

Este artículo apareció originalmente en el National Security Journal.

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