Por Claudia Dupeirón
La Paz (PL) – La economía boliviana mostró niveles de estabilidad que colocaron al país como el primero en crecimiento en Sudamérica en 2016, logro que el Gobierno prevé mantener para el presente año, basado en el dinamismo de la actividad financiera y programas de protección social.
El país andino-amazónico reportó un incremento del 4,3 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en 2016, y el Banco Central de Bolivia (BCB) proyecta en 2017 un aumento cercano al 4,7 y una inflación menor al cinco por ciento.
Según el ministro de Economía, Luis Arce, sectores productivos como la minería y la construcción contribuyen significativamente al desarrollo del país, donde no se ha sentido la crisis internacional.
En el informe de política monetaria presentado aquí, el asesor principal del BCB, Raúl Mendoza, resaltó los aportes de industrias como las refinerías de petróleo y la producción de cemento, impulsada por una creciente demanda de la construcción.
Otras esferas representativas son la rama energética, los seguros, bienes inmuebles y servicios a las empresas estatales.
Mendoza destacó el buen desempeño del transporte y las comunicaciones, así como la inversión pública orientada a incrementar y mejorar las condiciones operativas de las carreteras y aeropuertos en el país.
El plan para la construcción de carreteras es una de las prioridades del gobierno boliviano, a fin de integrar los distintos departamentos y regiones.
La presidenta de la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC), Noemí Villegas, anunció que en el primer trimestre de 2017 iniciará la construcción de la doble vía del tramo El Sillar, ubicado en la carretera que une a Cochabamba con Santa Cruz.
Datos de la ABC señalan que la proyección es llegar al 2020 con una inversión de 11 mil millones de dólares en nuevos viales para interconectar poblaciones.
En los últimos 10 años. se asfaltaron más del 50 por ciento de los caminos y se construyeron más de siete mil metros de puentes y túneles, señalan.
El Estado realizó también grandes inversiones para ampliar la capacidad de generación de electricidad a través de diversos proyectos, como las plantas de ciclo combinado en la empresa Guaracachi y de energía eólica Qollpana.
Con el objetivo de ampliar los servicios eléctricos, la Empresa Nacional de Electricidad de Bolivia (ENDE Corporación), dispondrá este año de un presupuesto superior a los mil 400 millones de dólares, confirmó el presidente de esa entidad, Eduardo Paz.
De esos fondos, unos mil millones de dólares se destinarán a la generación, 222 millones a la transmisión y más de 83 millones a la distribución.
Paz informó que entre los principales proyectos están la hidroeléctrica de Misicuni, las plantas solares de Uyuni, Yunchará, Sena y la ampliación de la instalada en San Matías, en el departamento de Santa Cruz.
El Plan de Desarrollo Económico y Social del Gobierno boliviano prevé invertir en los próximos cuatro años (2016-2020) poco más de 800 millones de dólares en la construcción de termoeléctricas, hidroeléctricas, biomasa, captación de energía solar y eólica, con lo que se incrementará la potencia efectiva a 11 mil 384 megavatios, a fin de convertir a la nación en el centro energético de Sudamérica.
Por su parte, el ministro de Energías de Bolivia, Rafael Alarcón, se refirió a las posibilidades de exportar energía a naciones vecinas como Argentina, Brasil, Perú y Paraguay.
Hemos avanzado en el contrato de oportunidad firmado con la empresa argentina Cammesa, que prevé el envío de 80 a 120 megavatios y esperamos tener las infraestructuras para hacer ese proyecto en 14 o 15 meses, señaló.
La línea de trasmisión entre las subestaciones de Yaguacua, en Bolivia, y Tartagal (Argentina) demandará alrededor de 28 millones de dólares, provenientes de un préstamo del Banco Central.
Alarcón aclaró que la obra concluirá en 2018, porque hay que comprar las infraestructuras, los conductores, las líneas, y luego concretar su construcción.
A ello se suman los planes para el envío de 120 megavatios hacia Paraguay si se concreta la integración eléctrica con esta nación, indicó.
El aporte económico a los proyectos sociales ha sido otro eslabón fundamental de la economía boliviana.
En coordinación con el Ã’rgano Ejecutivo, el BCB financia varias Empresas Públicas Nacionales Estratégicas (EPNE) y tributa al fideicomiso con el Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR).
Además, mantiene las transferencias para el pago del Bono Juana Azurduy que se entrega a las mujeres bolivianas desde la etapa de gestación hasta que el niño cumple dos años, por un monto total de 266 dólares.
Asimismo, contribuye al Teleférico, medio de transporte por cable más largo y alto del mundo, que se eleva a más de cuatro mil metros sobre el nivel del mar y es un atractivo turístico de la ciudad de La Paz.
La nación andino amazónica cuenta con cuatro líneas: la roja, la amarilla, la verde y la azul. Actualmente están en construcción otras cinco.
El presidente del Banco Central de Bolivia, Pablo Ramos, ratificó que esta estabilidad económica se mantendrá en el presente período, apoyada en una estrategia financiera que busca mantener el poder adquisitivo interno de los bolivianos, la redistribución de los ingresos y conservar los equilibrios entre la oferta y la demanda global.
Igualmente, indicó que el BCB continuará con la consolidación de la moneda nacional para preservar la solidez del Sistema Financiero y mitigar los factores externos.