Agua y sociedad

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Agua y sociedad

Por Luz Amalia González Pinzón

Sociedad somos tú, yo, él, ella, aquel y aquella. El agua viene del cielo y se queda en la tierra cuando tiene vegetación que la retenga. Si no, no tenemos agua ni tú, ni él, ni ella, ni nosotros, tampoco yo.

Él arroja basura en la calle. La lluvia y el viento la llevan al río y el río la lleva al mar. Los peces comen la basura que lleva el afluente. Nosotros nos comemos los peces y la basura que consumieron.

Aquel tumbó varias hectáreas de bosque para criar vacas, de las cuales tú y yo, él y ella tomamos leche y comimos quesos y carne. Llovió y el agua escurrió. Como no hay raíces que la retengan, el agua se va directamente al río y de allí al mar. Aquel mandó a perforar pozos, pero ya no hay agua y las vacas se mueren. Aquel se quedó sin vacas, nosotros no tenemos leche, queso y carne.

Aquella quemó el monte para sembrar arroz. El grano que comen él y ella, aquellos y aquellas, y también nosotros. Se murieron los bichos de la tierra, ahora los frutos no producen. También se acabó el agua en la estación seca. Aquella se fue a la ciudad porque ya no produce la tierra. Invadió un terreno al que no le llega agua. Aquella se quedó sin tierra y sin agua. Nosotros sin arroz y sin frutas.

Otro llegó al país y desmontó. Abrió la tierra para llevarse los tesoros que guarda. Aquel y aquella, dejan sus tierras y trabajan para otro. Tú y yo nos quedamos sin vegetales, sin frutas y sin agua.

Unos quisieron construir en las riberas, otros en los manglares. Se seca el río, se quedan sin alimento los camarones, los peces y nosotros. Un día llovió y ellos bailaron de alegría, hasta que el agua subió y subió de nivel, y mejor corrieron o nadaron para salvar sus vidas (y sus bienes).

Un día la tierra se calentó e hizo mucho calor. A él y a ella les dio sed y no había agua en la llave, ni en el río para bañarse. Tú y yo fuimos a la quebrada de más arriba y encontramos latas vacías de cerveza, vidrios de botellas rotas, colchones y muchas bolsas plásticas. No había espacio para bañarnos allí.

Un día, nosotros vimos a los pájaros, a las iguanas y a los ñeques ir hacia las montañas. También fuimos, y nos encontramos a aquel y aquella, a él y a ella. Todos nos juntamos, para tener agua, para tener sombra, para buscar frutos.

Aquellos y nosotros cuidamos ese espacio que todavía tiene árboles, agua pura y vida. ¡Ojalá alcance para todos!

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