Por Cecilio E. Simon E.
Redacción de Bayano digital
Aún no culminaba la distribución de colchones para los “damnificados” de las inundaciones de Juan Díaz, cuando el presidente Juan Carlos Varela se pronunció en cadena nacional sobre el estatus migratorio de los venezolanos a quienes exigirá una visa estampada.
Los afectados por las intensa lluvias que cayó sobre la ciudad el domingo 20, responsabilizan a las promotoras que construyen las ciudadelas amuralladas para venezolanos, en 90 kilómetros cuadrados de manglares devastados que rellenaron a lo largo de la desembocadura del río Juan Díaz y sus afluentes tributarios. A ese complejo urbanizado le llaman «la Pequeña Venezuela».
En medio de la catástrofe ambiental en Juan Díaz, el mandatario. en su reiterado apego a la política exterior de Estados Unidos, anunció, a pocos días de la partida del vicepresidente estadounidense, Mike Pence, que exigirá visa a los venezolanos. a partir del 1 de octubre.
“La ruptura del Orden Democrático en Venezuela pone en riesgo nuestra seguridad, economía y fuentes de empleo de los panameños”. J. C. Varela
No es casual que el Varela emplee la misma frase, presente en las justificaciones de la agresión de los demócratas con Obama y del gobierno republicano de Donald Trump. “Venezuela pone en riesgo nuestra seguridad”.
Las reacciones
La oposición en Caracas lamenta la medida del mandatario panameño y califica la acción como “darle la espalda al pueblo venezolano”, en tanto que Jorge Areaza, ministro de Relaciones Exteriores de ese país expresó en su cuenta de Twitter que “Venezuela recibe con indignación la medida anti integracionista de Panamá. Obraremos con reciprocidad y nos reservamos medidas complementarias”.
En tanto, la ciudadanía panameña muestra satisfacción por la medida. Considera que ese control reduce la presión sobre el mercado de trabajo, que ejerce la migración venezolana.
La opinión de Bayano digital
Este medio considera que la improvisada decisión de Varela, que tomará más de un mes en ser organizada, agravará el flujo descontrolado de emigrantes, legitimará la presencia de personas que no han regularizado su condición, y adopta las políticas migratorias de Estados Unidos. La decisión adoptada, contrario a lo que se anunció en la comparecencia del gobernantes, aumentará la presión ejercida sobre mercado de trabajo.
- Flujo migratorio de venezolanos a Panamá
- Regularizados 70,000
- En trámite de regularización 25,000
- Turistas que supuestamente votaron el 16 de julio 45,000
- Turistas que no votaron el 16 de julio ???
- Nuevos turistas antes del 1 de octubre ???
- Con visa de los Estados Unidos y otros ???
- Nuevos turistas con visa estampada ???
- Si tomando como válidos los resultados de la consulta de la oposición. realizada el 16 de julio de este año, en la que supuestamente los votantes llegaron a unos 140.000, la migración de los venezolanos se dividiría entre 70.000, que han sido regularizados, 25.000 que están en trámite y otros 45.000 que están en el país como turistas. Según Luis Hincapié, viceministro de Relaciones Exteriores, esos turistas podrán tramitar sus visas directamente y Panamá la expedirá por dos años.
- En adición, un número no determinado de “turistas” que permanecen de manera irregular en el país, sumados a los que podrían ingresar masivamente y de manera descontrolada antes del 1 de octubre, aumentará considerablemente la cantidad de venezolanos en Panamá, una ciudad que no está preparada para recibirlos. En sus declaraciones, las autoridades panameñas afirman que si esos turistas permanecen en el territorio nacional, podrían realizar directamente el visado, que se les extendería por dos años.
- Finalmente, de acuerdo a fuentes de la Cancillería panameña, los ciudadanos que posean visa debidamente expedida por Estados Unidos, Australia, Canadá, Reino Unido, y de cualquier otro Estado que integre la Unión Europea y lo haya utilizado por lo menos una vez para ingresar a territorio del Estado otorgante, podrá ingresar al territorio panameño sin la necesidad de una visa.
La política migratoria de Juan Carlos Varela y su canciller Isabel de Saint Malo, se asemeja a la estadounidense “pies secos, pies mojados”, y tiene como objetivo convertir a Panamá en la “Pequeña Venezuela”, como lo es Miami para los cubanos. Con ello, se pretende establecer el gobierno de la oposición venezolana en el exilio, que supuestamente el gobernante negoció con Donald Trump y ratificó con Mike Pence.
Alejado de su consigna de campaña, para Juan Carlos Varela, «Panamá ahora es para los venezolanos”, esos clasistas y racistas denominados en su país “cifrinos”, que encerrados en las ciudadelas construidas para ellos, desprecian y denigran el ser panameño.
Las victimas del crimen ambiental en Juan Díaz reciben nuevamente colchones y los promotores inmobiliarios siguen depredando los manglares para continuar la construcción de ciudadelas para los «cifrinos», esos que exhiben sus cuerpos reconstruidos y llaman feas a nuestras mujeres.
