Luis Carlos Jiménez Varela, literato de vanguardia
Por John Miller
Estudiante de Periodismo de la Universidad de Panamá
La conversación fluye con facilidad entre el entrevistador y el poeta Luis Carlos Jiménez Varela. El diálogo transcurre en un ambiente de paz y sosiego, tal vez por la forma distendida del vate, quien pertenece a una generación que contribuyó a la literatura en Panamá y al desarrollo de la panameñidad.
Pese a sus 78 años de edad, el poeta se muestra lúcido, ágil y dispuesto a conversar. Sobre su espalda, se erigen cúmulos de obras literarias publicadas. Después de ejercer el periodismo cultural y de opinión durante largo tiempo, sigue inspirado en el tema de las luchas patrióticas, al igual que otros representantes de su generación, En su obra hay un fuerte compromiso de rechazo a la presencia de los “zonians” (gringos) en las riberas de la vía interoceánica.
Educado en las aulas del “Nido de Águilas”, es decir, el insigne Instituto Nacional, sede de luchas por la reivindicación nacional, obtuvo su Bachillerato en Humanidades en el año 1957. En ese plantel, cultivó el amor por las letras, y junto a sus coetáneos fundaría un círculo de lectura, que influyó en el amor por la literatura, en los géneros de novela, cuento y poesía.
En 1968, hizo pública su primera obra literaria de la mano de la Editorial Guadalupe, de Bogotá, Colombia. Consistió en un compendio de poemas titulado La piel del náufrago. Dedicado a sus familiares, entre ellos, a su primer hijo, su querida esposa, y a su amado padre, quien había fallecido ese mismo año.
Influencias literarias
Al ser preguntado sobre las influencias recibidas de algunos literatos, contesta que:
El poeta peruano, César Vallejo (1892-1938), autor de Los heraldos negros (1918), tanto así que lo considera como imprescindible en su formación. Asimismo, guarda gran admiración por los poetas nacionales José Franco (1936), Roberto Luzcando (1939), Manuel Orestes Nieto (1951) y Álvaro Menéndez Franco (1932).
Temáticas literarias
La vertiente literaria que ha desarrollado Jiménez Varela, ha estado estrechamente relacionada con “el problema social, la pobreza, la marginación y la soledad”, según describe el propio autor.
Y sobre el último asunto, éste hace mella en su más reciente publicación de poemas denominada Los amores del otoño (2015), que está intensamente ligada a la soledad y al amor imposible, donde hace uso de la metáfora de la soledad.
Jiménez Varela critica las creaciones poéticas actuales en Panamá. Asegura que, “últimamente, los escritores, sobre todo los jóvenes, proyectan una temática amorosa y psicológica, más que la tendencia social”. Ese fenómeno quizá se deba a que ha transcurrido el tiempo y las nuevas generaciones se han desvinculado de las luchas sociales, lo que se refleja en sus letras.
Jiménez Varela obtuvo una beca que lo impulsaría a estudiar en la isla de Cuba; ingresando, así, en la Universidad de La Habana para cursar estudios durante un período de tres semestres en Ciencias Jurídicas, no culminó la carrera.
De regreso a la Universidad de Panamá estudió Filosofía e Historia. “Me interesaron más los estudios de Filosofía, que el Derecho”, acotó. Luego Viajaría a China y tuvo una experiencia en campañas de alfabetización.
Transcurría el año 1960, cuando se sumerge en la empresa de hacer un viaje a China, cuna de una de las civilizaciones más antiguas. En ese periplo, se encontraría con nuevas experiencias. Conoce en Pekín a Raúl Ferrer, quien sería jefe de la campaña de alfabetización en Cuba. Jiménez Varela describe a Ferrer como “un importante poeta y profesor de pedagogía cubano”.
Ferrer le habló de un proyecto importante e invaluable para la isla. En 1961 se iniciaría la campaña de alfabetización para la erradicación del analfabetismo en Cuba el analfabetismo. Fue de esa manera como, junto a otros panameños (entre ellos Narciso Cubas Pérez (1969), que Jiménez Varela llega a la isla por invitación del Ministerio de Educación para que se integrase a la campaña de alfabetización cubana.
En 1972, junto a otros intelectuales, organiza el grupo León Antonio Soto (1902), un poeta afín a la independencia de Panamá de Colombia, y que, en consecuencia, sería el nombre de un concurso literario propuesto por ese movimiento al Municipio de Panamá. Desde 1981 hasta la fecha, la Municipalidad capitalina premia ininterrumpidamente a los autores de obras literarias.
Exilio
Tras haberse consumado el golpe de Estado en 1968, encabezado por militares, que depuso al doctor Arnulfo Arias Madrid, el poeta salió a exilio en 1970, con dirección a México junto a otros intelectuales panameños que no simpatizaban con los golpistas.
Su figura en Panamá
Como reza un viejo adagio: “nadie es profeta en su tierra”. Parece que a Luis Carlos Jiménez Varela le ocurrió lo mismo, pese a alcanzar reconocimientos en el ámbito nacional e internacional. En Panamá, su figura fue opacada. Al respecto, adujo que “esto tiene que ver con la literatura mía, que es una literatura de compromiso”. Añadió que “los críticos literarios en Panamá tienen una tendencia a minimizar a los escritores que tienen una tendencia social”.
Opinó que a otros escritores les sucedió algo similar, entre ellos, Changmarín y José Franco. Recordó que a Franco le dieron el Premio Sinán y, a la hora de la condecoración, ni siquiera le entregaron el premio metálico, que había sido anunciado.
Premios y distinciones
Debido a su labor literaria, a Luis Carlos Jiménez Varela, ha sido distinguido con diversos galardones. Entre ellos, figuran el Premio Octavio Méndez Pereira, mención honorífica por ser finalista en el Concurso Literario Ricardo Miró; reconocimiento de la Universidad de la Paz, Colombia, en 1984. Asimismo, sobresale un homenaje de la Condecoración Poeta José María Heredia-Heredia, distinción que se da en Cuba a poetas que abrazan las causas sociales. La iniciativa de conferírselo surgió de su participación en el Festival del Fuego.
Amistad con Jesús Cos Causse
A Jiménez Varela lo ligó la amistad con el poeta cubano Jesús Cos Causse (2007), también conocido como “El Quijote negro”, invitado varias veces a Panamá para recitar poemas y ofrecer conferencias en la Zona Libre de Colón, en el Día de las Madres, y en la Universidad de Panamá. Cos Causse valoraría el arte de Luis Carlos Jiménez como “instrumento de defensa de los oprimidos del mundo”.
Cos Causse también se vinculó a otros reconocidos poetas latinoamericanos, como Pablo Neruda, Rafael Alberti, Roque Dalton, José Asencio Silva y el costarricense Jorge Debravo.
Obras publicadas
La diversidad de su obra literaria se puede apreciar en: Poesía panameña contemporánea (antología 41 autores), Antología de la poesía rebelde, Elegía del invierno, Habitar con los muertos, Antología poética, Versos secretos para el comandante heroico, Cartas de infancia, Patria fusilada, El turno de la palabra, Golpear la sombra, El rostro de la ternura, Arte, literatura y praxis estética. Además, resaltan Poesía para gente sin fortuna, Campo de concentración, Vertical, El rostro de la ternura, Periodismo, literatura y artes estética, Páginas escogidas (Prosa y verso), Poemas de amor y de combate, Golpear la sombra, Elegía al Che Guevara y otros poemas, La piel del náufrago y Los amores del otoño.
Jiménez Varela es reconocido como una pluma que adquirió enorme compromiso por la reivindicación y las luchas sociales, y se mantiene fiel a su manera de ver e interpretar el mundo.
A continuación, uno de los poemas del vasto epistolario del poeta panameño.
¡CÉSAR VALLEJO HA MUERTO!
(Elegía)
Clínica Aragón 1938
París ha amanecido lúgubre,
hasta el fondo de los huesos,
este viernes santo doloroso.
Los abuelos ciegos lloran
soles de sangre
como si la sigilosa parca
buscase el más humano beso.
Labios de azules lágrimas
recitan la ternura de tus versos,
y en el cementerio de Mont Parnasse
chirrían los heraldos negros
de tu imbatible muerte.
¡Descalza camina la soledad
en los escollos de esta primavera inolvidable!
