Encuesta revela desconfianza de consumidores panameños
Una encuesta regional divulgada ese mes, revela un aumento de la desconfianza de la población panameña, respecto al futuro de la economía, en comparación con mediciones anteriores.
Los datos reveladores están contenido en el estudio Consumer Watch 2016. En el documento sobresale que el 49 por ciento de los panameños manifestó desconfianza ante el comportamiento de la economía, lo que representa una caída de 23 puntos en referencia a la medición de 2015-
La encuesta fue elaborada por Kantar Worldpanel y detalla que los nicaragüenses son quienes más confianza tienen en la región latinoamericana en la proyección económica de su país, con un 70 por ciento de optimismo.
Entre las principales preocupaciones del pueblo panameño figuran el calentamiento global, una eventual crisis económica, una posible subida de precios que afectaría de forma directa a las familias, la inseguridad y la violencia.
El 90 por ciento de los consumidores istmeños tiene la percepción de que los precios aumentaron, el 63,2 piensa que disminuyó el ingreso económico y el 37,5 por ciento manifestó reducción en los gastos de diversión. El 34,1 por ciento de los entrevistados confirmó la existencia de al menos un familiar desempleado.
Por otro lado, el 43 por ciento de los latinoamericanos estima que la situación económica empeorará en el futuro inmediato. Esa percepción en los centroamericanos promedia el 52 por ciento.
Sobre el nivel de ahorro, en el primer puesto se encuentra Panamá con un 89 por ciento, seguido de Guatemala (64 por ciento) y El Salvador (61 por ciento).
En Panamá, cerca del 42,5 por ciento de los empleados (1,1 millones de personas) devengan salarios de hasta 600 dólares mensuales, que es insuficiente para sufragar los gastos mensuales de la Canasta Básica Familiar, que se ha incrementado en los últimos años.
En cambio, el presidente de la república, Juan Carlos Varela, quien llegó al poder con una promesa de frenar el encarecimiento del costo de la comida, anunció que hay adecuados precios en los productos de la industria avícola, que están más al alcance de la población.
