Por Victoriano Rodríguez Santos
Economista, educador, máster en Recursos Humanos
Algunos diputados de la coalición VAMOS, han refutado, negado y desmentido públicamente, al contralor general, con pruebas, quien, al parecer, pretende mentir a la población, a través de medios de comunicación que la población percibe como parcializados o influenciados, debido a intereses políticos o económicos. Nunca se había escuchado a un contralor general caer a esos niveles.
Panamá es hoy uno de los países más ricos de Latinoamérica, pero hoy está sumergido prácticamente en la indigencia mental y física, impuesta por los gobiernos.
Hacen mendigar a la población pobre, con las presuntas ferias libres, en largas y tediosas filas, como posible mecanismo para sumisión. Peor aún, en Navidad venden una bolsa de comida con un jamón, que tampoco es gratis.
El gobierno juega con la dignidad de la población que a la fecha no ha comprendido el nivel de indolencia, desidia e intolerancia de quienes gobiernan contra la población pobre, peor con la campesina y aborigen.
Mas que contralor general, el rector de la Contraloría pareciera ser un lacayo del gobierno y no un inquisidor en busca de la verdad, honestidad, transparencia y equidad.
Anuncia de su parte, libre y abiertamente en los medios, la supuesta falta de entrega de informes de los diputados de la Coalición VAMOS. Sin embargo, no se le escucha hacer lo mismo respecto a los demás diputados, principalmente de quienes son parte o se manejan con el gobierno. Algo no cuadra en esa historia.
Se escucha en los barrios que habrá una tanda de goles por unos 10 millones de dólares, entregados a determinadas juntas comunales y municipios. Al parecer, es una variable de la famosa y publicitada DESCENTRALIZACIÓN PARALELA. Obviamente, son recursos destinados a beneficiarios de los partidos políticos afines al gobierno.
No se ha escuchado al contralor general mencionar qué investigación fue realizada y si se ha hecho revertir el dinero recuperado a las arcas del Estado. Ahí es donde debe demostrar su función adscrita en la Ley Orgánica de la Contraloría General.nNo mas descentralización paralela.
Tampoco se le ha escuchado decir que pretenda exigir al presidente de la República, José Raúl Mulino, un informe anual relativo al uso de la partida discrecional, tanto de él, como del gobierno anterior.
En Panamá hay más de 700 juntas comunales. ¿Dónde están los informes de auditoría de todas y cada una de ellas? ¿Dónde están los informes de auditoría de las alcaldías? ¿Cuál fue el manejo y el resultado de cada junta comunal y alcaldía? ¿Dónde están los informes de los diputados sobre la reelección, con énfasis en los adeptos al gobierno?
Públicamente, se desconoce su pronunciamiento, investigación e informe sobre las 600 vigas de acero desaparecidas de las instalaciones del Ministerio de Obras Públicas, que eran para el mantenimiento del Puente de las Américas. Tampoco se habla sobre el paradero del costoso camión perforador de pozos que fue comprado en desuso.
Jamás un contralor estuvo al servicio de un presidente, a tal grado que daba la impresión de ser un auditor internó del Ministerio de Educación, persiguiendo a los docentes que patrióticamente en una huelga nacional defendían a la población trabajadora y a miles de ingratos, contra la Ley 462, de la cual ya algunos, incluso profesionales, sufren las consecuencias.
VAMOS, VAMOS Panamá. No pares y ten presente el lema del general Omar Torrijos Herrera: “En cada pecho una trinchera”.
Soy el hijo de Juana. ¡Dios te salve, Panamá!
