Por Alberto Velázquez
Periodista y relacionista público
Los recientes conflictos generados por la nueva zonificación para el corregimiento de San Francisco fueron una clara y patente demostración de la falta de planificación en las normas de construcción de la ciudad capital, al no rser realizada consultas ni audiencias públicas transparentes y respetables.
Fue un proceso extenso que generó profundas divisiones y manifestaciones de rechazo en un sector importante de la sociedad. Esas diferencias persisten y, a largo plazo, socavan la armonía que debe prevalecer en toda comunidad.
En perspectiva, si bien la futura normativa busca ordenar el crecimiento inmobiliario de San Francisco, a través de regulaciones más modernas, es innegable que al momento de definirlas, se omitió la participación de numerosos y distinguidos profesionales que durante años han trabajado por el óptimo desarrollo urbano de nuestra compleja ciudad.
Entre ellos, se puede mencionar al Arq. Rodrigo Guardia, al Arq. Álvaro Uribe Díaz, al profesor Uriel Espinosa, al Lic. Lenín Sucre, y a otros expertos relevantes.
El Lic. Lenín Sucre merece una mención especial, pues precedió a muchos profesionales que luego implementaron sistemas y organizaciones para impulsar un desarrollo urbano armónico. Él ya consideraba en sus proyectos los diversos aspectos de la sobrecarga de servicios públicos (agua, electricidad, aseo) y la necesidad de facilidades de circulación vial, elementos cruciales para un desarrollo inmobiliario eficiente.
Cuando el Lic. Lenin Sucre fue el precursor de la urbanización del área de Paitilla en San Francisco, se tomaron en cuenta todos esos aspectos. Las múltiples críticas que hoy surgen con el paso del tiempo son, evidentemente, el resultado de no haber consultado oportunamente a los verdaderos y experimentados conocedores del tema urbanístico.
Sin duda alguna, los expertos están a la espera de ser nuevamente consultados.