Y se llegó al día… de la «fiesta electoral»

Cada cinco años recurren a Omar, como quien acude a la parroquia a sacar de paseo al santo patrono, para que interceda en las votaciones.

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“... hemos venido aquí principalmente para testimoniar nuestro aprecio, nuestro cariño, al pueblo de Panamá; para recibir al general Omar Torrijos y para escuchar al general Omar Torrijos” (Fidel)

“En América Latina los procesos electorales, en su gran mayoría, no han sido más que procesos episódicos que actualizan tiempos romanos de pan y circo, con la diferencia de que estos sucesos han sido fuertes en circos y débiles en pan”. (Omar Torrijos en Carta al senador Edward Kennedy, Panamá 7de mayo de 1972)

Alejandro Baso
Redacción de Bayano digital

Un 31 de julio camino a Coclesito, un natural espacio utilizado como retiro, recreación, encuentros o simplemente para la profunda conspiración política. Se cumple el 37° año del “accidente” en las faldas del cerro Marta en la provincia de Coclé, hecho en el que se le arrebata la vida al general Omar Efraín Torrijos Herrera.

En aquellos días de 1981 se encontraba inmerso en los temas propios del “patrullaje doméstico”, la tercera etapa de su Proceso de Liberación Nacional que el denominó «la victoria del desarrollo», es decir el uso mas colectivo posible de los bienes revertidos. Las anteriores se habían cumplido, el “patrullaje internacional” al cual recurrió para ganar la adhesión y el apoyo del mundo en lograr con los Estados Unidos de Norteamérica un nuevo y más justo convenio. Posteriormente, con los Tratados Torrijos-Carter negociados iniciaba propiamente la descolonización de la llamada Zona del Canal.

“Hemos cumplido una etapa. La lucha tiene que continuar.”
Omar Torrijos Herrera. Discurso en la Plaza 5 de mayo. Panamá, 16 de junio de 1978

Desde entonces hasta hoy, debo confesar con mucha frustración, que en vez de celebrar su vida y obra como dirigente de un Proceso de Liberación Nacional al frente de la erradicación del enclave colonial y la conquista de la plena soberanía sobre todo el territorio, “religión que unió a los panameños” para la recuperación del Canal de Panamá,  Omar pasó a ser gorras, camisetas y carteles.  Su profundo arraigo por el campo, su amor por la juventud, su lucha por la soberanía nacional, desconocidos por los que manejan un «circo sin pan», convirtieron al viejo en un producto de mercadeo político.

Este año, el 31 de julio el partido Revolucionario Democrático anuncia el inicio de una contienda interna en la que cada cinco años recurren a Omar, como quien acude a la parroquia a sacar de paseo al santo patrono, para que interceda en las votaciones y así alzarse con un puesto de elección.

Convencido estoy que, de no hacer la reflexión apropiada, una vez más, saldrán a la oferta electoral, personajes que solo piensan en llenarse los bolsillos con las arcas nacionales.
Por todo lo dicho, llamo la atención y a la meditación, a quienes intentan dirigir al país, a que hagan un alto a las prácticas de corrupción en la que está sumergida la sociedad panameña y no caigan en los errores del pasado.

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