Durante la Guerra de los Mil Días, la estructura demográfica en Panamá era inversa a la actual. De los 330.000 habitantes en el Istmo, sólo unos 25.000 vivían en la capital. El país era agrario, de vida rural. La clase gobernante no toleraba la presencia de Victoriano Lorenzo, un “cholo” con rango de general, quien ganaba batallas. Por ello, lo fusilaron en contra de una orden enviada desde Bogotá.
Por Juan Carlos Calzadilla
El general Victoriano Lorenzo, el primer guerrillero de América, vive en los campos del Panamá rural que se levanta contra el expolio brutal y las concesiones amañadas a orporaciones extranjeras.
Las reclamaciones populares legítimas que el dirigente popular defendió, siguen vigentes en los movimientos sociales que reclaman justicia y equidad, y el fin del ofensivo clientelismo político.
Victoriano dio la voz primera, sobre la injusticia en el campo, sobre el desprecio burgués a los hombres que producen. Ese Victoriano rural, agrario, está presente en protestas de los productores convertidos en presas de las cadenas agroalimentarias que dominan el mercado.
Es necesario volver a traer al “cholo” a nuestros sueños y luchas, dejar de verlo dentro del anecdotario libresco y transformarlo en ejemplo del hombre rural. Urge incorporarlo a marchas convocadas para denunciar una relación de producción injusta y, sobre todo, asimétrica.
Victoriano se encarna en ese grupo de pequeños y medianos productores sentenciados a desaparecer, bajo el modelo rentista y excluyente, de las importaciones desmedidas que se burlan de las leyes y regulaciones oficiales.
Su voz se escucha en la garganta de miles de productores, muchos de ellos desprovistos de los mecanismos de análisis para comprender el fenómeno que se vive, de rebeldía y amargura en un país injusto sustentado por la trampa y los dobles discursos partidistas.
En este Panamá de pocos, la lucha por la defensa del medio ambiente se alimenta en el ejemplo de este “cholo” rebelde que nunca se rindió. Victoriano dejó de ser la anécdota contada cada mes de mayo. Esta vibrante figura renace y se transforma en acción y ejemplo de nuevas contiendas.