Por Marco A. Gandásegui, hijo
Profesor de Sociología de la Universidad de Panamá e investigador asociado del CELA
En un viaje relámpago, el presidente Juan Carlos Varela se trasladó a la sede del Comando Sur de EEUU, en el Estado de Florida. El Comando Sur fue creado por EEUU en 1947 y ha tenido la responsabilidad de intervenir militarmente en todos los países de la región latinoamericana en los últimos 70 años. Fue la que coordinó la invasión a Panamá en 1989, el derrocamiento de Juan Bosh de República Dominicana en 1965, Salvador Allende de Chile en 1973 y Mel Zelaya Honduras en 2008. En total, las intervenciones del Comando Sur en la región suman cerca de 40 instancias, causando miles de muertes entre soldados y civiles latinoamericanos.
El comunicado de la Presidencia dijo que Varela viajó para coordinar la lucha contra el tráfico ilícito de drogas desde Colombia a EEUU. Fue recibido en Key West por el almirante Craig Faller, recién nombrado como jefe del Comando Sur. La visita de Varela duró 5 horas cumpliendo con un protocolo estricto establecido por el comando norteamericano. Iba acompañado de su ministro de Seguridad y personal del Servicio Nacional Aeronaval (SENAN) así como otros funcionarios.
El comunicado también citó a Varela quien aseguró que “los cultivos de droga en Colombia se han cuadruplicado, de 50.000 a 200.000 hectáreas, lo que implicó un reto para Panamá en contener la droga en su paso por Panamá hacia EEUU”. Varela se olvidó que EEUU ya no considera el tráfico ilícito de drogas “un peligro nacional”. Trumpo lo reemplazó con la amenaza que representa China y Rusia.
Varela informó que “Panamá compró una barcaza, ‘Amador Guerrero’, nuevos helicópteros y una nave de vigilancia aérea. Además, nuevas lanchas que podrán hacer interdicciones a lanchas sospechosas que usan los mares panameños”. Estas compras elevan los gastos de Panamá en equipos militares que no están al servicio de la seguridad panameña. Más bien responden a la política de EEUU de aumentar sus ventas de armas a escala mundial.
El comunicado indicó que “Colombia, Panamá y EEUU realizan tareas conjuntas para mejorar la seguridad regional. En 2018, Panamá confiscó casi 80 toneladas de droga que nos coloca en “el cuarto lugar del mundo”.
La visita de Varela al Comando Sur no es casual ni responde a una cortesía que los presidentes deben a los comandantes militares norteamericanos. Es el primer mandatario panameño que visita al Comando Sur en Florida y, probablemente, el único de cualquier otro país de la región o fuera de la región. Habría que preguntarse qué fue a hacer Varela a Florida con tantos compromisos en Panamá.
Hace un par de meses estuvo en Panamá el secretario de Estado, Mike Pompeo, en una visita de cinco horas para recordarle a Varela cuales eran los límites que debía respetar en sus relaciones con la R.P. de China. El gobierno no ha informado sobre las visitas de militares norteamericanos a Panamá. Sin embargo, el día después de su viaje a Florida, aterrizaron en la base aeronaval de San Vicente, en Darién, varios helicópteros del Ejército de EEUU.
Ese mismo día, el Grupo de Lima que reúne 13 gobiernos latinoamericanos dieron a conocer una resolución que reiteraba su desconocimiento del gobierno bolivariano de Venezuela. EEUU ha insinuado que podría intervenir militarmente en ese país si encuentra apoyo militar en Colombia y Brasil. El 10 de enero asumirá en Venezuela, por un nuevo período, el presidente Nicolás Maduro. Desde hace 15 años Washington trata de arruinar la economía venezolana, ha desestabilizado el país financiando actos terroristas por parte de la oposición y desconoce su soberanía política.
El presidente Varela está en la cuerda floja. Siguiendo la línea dura de Washington (en el Grupo de Lima) pero, a la vez, conservando los intereses de los comerciantes y especuladores tanto panameños como venezolanos que mantienen un intercambio comercial que beneficia a ambos grupos.
Según fuente periodística venezolanas, “las ventas de Panamá a Venezuela representan cerca de 700 millones de dólares anuales”, que incluye mercancías de las zonas libres. Hay que ver también “la venta de servicios, que se contabilizan en forma separada, que incluye los servicios bancarios, los servicios de telecomunicaciones, los servicios de transporte, los servicios comerciales, los servicios de seguros, servicios profesionales y otros”. ¿Será que Varela habló con el almirante Faller sobre Venezuela y le recordó los compromisos comerciales que tienen los empresarios panameños con ese país?