Por Alberto González
Ciudadano panameño
Un día como hoy (10 diciembre), desde 1948, se celebran los Derechos Humanos, conmemorando la fecha en que, en 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Declaración Universal de los Derechos Humanos. En 1950, la Asamblea General de Naciones Unidas adoptó la resolución 423 (V), invitando a todos los Estados y organizaciones interesadas a que observen el 10 de diciembre de cada año como Día de los Derechos Humanos.
En 2017, el día fue dedicado al lanzamiento de una campaña de un año de duración para conmemorar el 50 aniversario de los dos pactos internacionales de derechos humanos: el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, adoptados por la Asamblea General el 16 de diciembre de 1996.
La Asamblea General proclama la Declaración Universal de los Derechos Humanos como ideal común por el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse, a fin de que tanto individuos como instituciones alcancen esos objetivos y promuevan, mediante la enseñanza y la educación, el respeto a estos derechos y libertades, así como el cumplimiento de sus obligaciones, y a su vez, mediante medidas progresivas de carácter nacional e internacional, se asegure su reconocimiento y aplicación universales y efectivos, tanto entre los pueblos de Estados miembros, como entre los de los territorios dispuestos bajo su jurisdicción.
Explicado lo descrito en párrafos anteriores, llama poderosamente la atención la realidad planteada. Los trabajadores del Sector Administrativos de la Institución de seguridad social de excelencia de la sociedad panameña han dado un paso justo. Ellos han cumplido alrededor de 45 días de huelga de brazos caídos para reclamar derechos contraídos por esa Institución, según lo mandata la Constitución de la República sobre el reconocimiento de la actualización de sus normas salariales y estructura de cargos administrativos, declarada y reconocida por la máxima autoridades de la CSS.
En la actualidad, se mantienen negociaciones en una mesa de deliberación propiciada por la Defensoria del Pueblo, que dice velar por el respeto a dichos derechos humanos, para que no sean mancillados por terceros y menos por una Institución de origen noble y solidario, en la que son atropellados trabajadores administrativos. Allí se inició una huelga de hambre acatada por once (11) colaboradores (mujeres todas) de las provincias de Chiriqui y Veraguas.
De todo ello, sorprende cómo el director general de la CSS, Dr. Enrique Lau Cortés, nombrando en su nombre, al Licenciado Edwin Salamin, secretario general de dicha Institución, y en nombre de la máxima autoridad competente de la Institución; en envió un mensajes a sus colaboradores en huelga, invitándoles a regresar a sus labores diarias, pero sin comprometerse a suscribir un documento legal o finiquito de huelga que proteja a dichos huelguistas según la leyes nacionales e internacionales, para que no tomen represalias por hacer reclamaciones justas y en derecho. Se sabe que el señor Salamín envió un ultimátum para que los huelguistas heroicos en pie de lucha, regresen amedrentados y temerosos psicololigicamente, sin prever o precaver que pudieran ser objeto de represalias mediante investigaciones amañadas por las autoridades de esa institución.
En vísperas de la celebración del 10 de diciembre, día de los derechos humanos, estos mismos derechos humanos han sido vulnerados por el Dr. Lau Cortés, quien se niega a suscribir una resolución de no represalia a favor de los hueguistas, lo que es preocupante para la sociedad panameña que colocó su confianza en las autoridades de la Caja de Seguro Social. En cambio, éstas traicionaron dicha confianza con actuaciones en desmedro de sus trabajadores administrativos.
No cabe duda, que de seguir esa mala práctica del Dr. Enrique Lau Cortés, drector de la Caja de Seguro Social, hoy día, merecerá ser demandado ante los órganos internacionales de Derechos Humanos por violar los derechos de sus trabajadores, que exigen respeto a a la justicia laboral.