TISA y Cambio Climático: las dos mayores amenazas para la humanidad

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Christina Colclough. (Foto Bayano).

Los países del TISA asumirán compromisos relativos al acceso a mercados. Ello genera intensos debates sobre la soberanía de los Estados, ciberseguridad y comercio.

Por David Carrasco
Enviado especial a Ginebra

La sindicalista británica Christina Colclough, directora de Digitalización y Comercio de UNI Global Union, afirmó que “el Acuerdo sobre el Comercio de Servicios (TISA) y el Cambio Climático son las dos mayores amenazas para la humanidad”, debido a los impactos desfavorables para la población y efectos relativos al mercado internacional y el mundo del trabajo.

Colclough formuló esa reflexión en Ginebra, en respuesta a una pregunta de Bayano digital. Recordó que hace años, un importante banco europeo le rechazó una solicitud de préstamo hipotecario para adquirir una casa en Bruselas. Ante la pantalla de un ordenador y en violación a la privacidad de datos, una empleada bancaria justificó la medida: “usted ha padecido una enfermedad y recibió un prolongado tratamiento en una clínica. No podemos prestarle el dinero”.

La dirigente sindical descubrió que el banco tuvo acceso electrónico a su registro médico y cuentas privadas para decidir sobre asuntos comerciales. Comprobó, además, que el hecho tenía relación con el TISA. Tiempo después, el banco la contactó vía telefónica para anunciar que su solicitud había sido aprobada, al enterarse de que ella sería parte activa de Uni Global Union, una federación sindical mundial de habilidades y servicios, con 20 millones de afiliados.

Subrayó que aunque el tema del TISA está estancado en la Unión Europea (UE), tras el enérgico rechazo sindical en Europa y Latinoamérica, es necesario que todos combatan a ese arbitrario esquema supranacional diseñado para el control de los servicios y la información de los Estados y los ciudadanos, bajo condiciones que agreden la soberanía y las jurisdicciones de los países.

El TISA es un tratado multilateral en negociación ‒actualmente en suspenso‒ entre 23 países de la Organización Mundial del Comercio (OMC), que representan el 70 por ciento del comercio mundial, con inclusión de Estados Unidos y la UE. En América Latina, participan Colombia, Costa Rica, México, Panamá, Perú, Paraguay y Chile, para liberalizar servicios como banca, salud, comercio electrónico y transporte. Sin embargo, en Uruguay, los sindicatos lo han frenado.

Colclough calificó de “inconcebible” que gobiernos de países que accedieron al poder por la vía electoral cedan en las negociaciones el control del Estado. Añadió que el Equipo TISA quiere derechos irrestrictos para el suministro transfronterizo de servicios bancarios, seguros, inversiones facilidades financieras, y el comercio electrónico. Asimismo, se pide a los gobiernos que amplifiquen los niveles vigentes de desreglamentación y liberalización financiera.

Bajo el disfraz del “comercio” que esgrimen los promotores del TISA, se prevé que las empresa importarán personal extranjero por breves períodos para suministrar servicios en otros países en condiciones laborales que a menudo son de explotación para el trabajador y que exacerban el “dumping social” en el país anfitrión, en condiciones de disputas laborales por la sobrevivencia.

Comercio electrónico: pieza cable del TISA 

Protestas contra el TISA en Uruguay.

Colclough dijo que el comercio electrónico es la pieza central del TISA, al ser la autopista del comercio mundial. Ese acuerdo ofrece a oligopolios la posibilidad del control casi absoluto de la “economía de la red”, y obliga a los gobiernos signatarios a no reglamentar las tecnologías, servicios y prácticas que surjan en el futuro. Lo que más importa a esas empresas son flujos financieros y de información sin restricciones entre todos los países y mantener secretos sus códigos fuente, como productos inteligentes o motores de búsqueda.

Las mayores empresas por capitalización bursátil hace 10 años eran Microsoft, Exxon Mobil, General Electric, Citigroup, y Shell Oil. Ahora, son Alphabet (compañía matriz de Google), Apple, Facebook y Amazon, conocidas como GAFA, más Microsoft. Según la revista Forbes, 14 de las 25 firmas de tecnología más grandes del mundo son de Estados Unidos, incluidas 7 de las 10 principales: Apple, Microsoft, Alphabet (la sociedad de inversiones propietaria de Google), Intel, IBM, Cisco Systems y Oracle. Sólo Samsung, de Corea del Sur, figura entre las cinco mayores.

El mercado digital es oligopólico. Hoy, la cuota de mercado de Google en la publicidad de los motores de búsqueda es del 88 por ciento, Facebook (y sus filiales Instagram, WhatsApp y Messenger) tiene 77 por ciento del tráfico de redes sociales móviles, y la cuota de Amazon en el mercado de libros electrónicos es del 74 por ciento.

En 2013, en el Consejo de Competitividad Económica y Renovación Social de Lisboa, organismo pro empresarial, la directora ejecutiva y presidenta de IBM, Ginni Rometty, aclamó el potencial de Estados Unidos y la UE de “liderar al mundo” en la creación de nuevas normas. Indicó que “estamos en condiciones inmejorables de definir las normas del camino necesario para proteger” ese potencial.

El TISA afectaría a trabajadores y sindicatos de UNI, a través de las normas vinculantes que apoyan la reorganización del capital con un modo de producción estimulado por la digitalización y cadenas de suministro y logística integradas en la esfera mundial, pero con un alto grado de fragmentación. Esas normas abarcan la tercerización y la contractualización, la eliminación de obstáculos en el suministro transfronterizo de servicios y la deslocalización, y la abolición de las leyes de protección del empleo digno, reconoció Colclough.

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