Por David Carrasco / Director de Bayano digital
En un artículo suscrito por el empresario Samuel Lewis Galindo, publicado en el diario La Estrella de Panamá el 16 de abril, se intenta infundir miedo a la población con un enfoque trasnochado y arcaico bajo el título “Izquierdas radicales del PRD ocupan posiciones importantes en el Gobierno”.
Lejos de formular un llamado para poner fin al despojo, la entrega de concesiones y subsidios millonarios del Estado a una casta empresarial hegemónica, Lewis Galindo afirma que “en Latinoamérica, los Gobiernos comunistas se han apoderado, en el curso de los años, de varios países”.
Añadió que “en algunos casos, para llegar al poder, (los mencionados Gobiernos) han utilizado métodos democráticos. Luego de establecidos en las naciones, se han distinguido por el control de medios de comunicación y de la justicia y han desarrollado sus políticas populistas“.
La.visión sesgada del empresario parece coincidir con el planteamiento emanado de una reunión secreta celebrada en Panamá por grupos de ultraderecha empeñados en arreciar los ataques y las campañas de desprestigio contra el movimiento social, que apuesta por la refundación de la República y la construcción de plataformas de unidad y avenimiento democrático.
El irrespetuoso comentario del acaudalado hombre de negocios no se detiene en subterfugios que datan de la llamada “Guerra Fría”, sino que lanza ataques directos al ministro de Salud, Luis Francisco Sucre, por la incorporación soludaria de médicos cubanos a la lucha contra la pandemia de Coronavirus (Covid-19), y al ministro de Cultura, Carlos Aguilar, por restarle apoyo a fundaciones parásitas del Estado panameño.
Asimismo, el artículo de opinión se ensaña contra el Partido Revolucionario Democrático (PRD), fundado por Omar Torrijos, el hombre que le tendió la mano a empresarios a quienes invitó a dejar de lado la mentalidad de “waiter” para materializar la idea de una nación soberana.con proyección propia.
En su argumentación parcializada, ante la supuesta izquierdización del Gobierno, Lewis Galindo ignora el carácter pluralista en el enfoque político y aduce que se pretende “llevar adelante su ideología comunista” en toda la región.
La principal debilidad que revela ese planteamiento, es que desconoce el rechazo popular a la corrupción, incluida la transferencia de millones de dolares del erario público a cuentas privada para apuntalar en este país a una élite enriquecida con el monopolio de negocios mineros, portuarios, aeroportuarios, agroalimentarios, logísticos e hídricos.
Es una verdad absoluta que los gobiernos anteriores privilegiaron a patronatos y fundaciones que drenaron los bienes patrimoniales del Estado y perpetuaron el círculo de la pobreza multidimensional y el régimen de inequidad y exclusión.
Sin duda, las palabras de Lewis Galindo no apelan a la paz y a la neutralidad. Son desafortunadas, porque desconocen los procesos de transformación social e incitan al odio hacia países como Cuba y Venezuela, que forman parte vital de la comunidad de Estados latinoamericanos y caribeños con la cual Panamá mantiene cordiales relaciones diplomáticas, consulares y comerciales.
El exacerbado anticomunismo de Lewis Galindo le impide ver el descalabro del modelo económico neoliberal, que ha condenado al hambre a millones de seres humanos en el planeta. Tal vez, a causa de los atavismos y la adicción al sonido de las cajas registradoras, el personaje de marras sea digno de lástima y conmiseración.
Los puralismos solo han traido confusion a los gobiernos de democracia Liberal (no perfecta). Deseara q la Democracia Comunista, tambien diera cabida a los conservadores y liberales, y no se sacien en perseguirlos. Se han dedicado en Latam a enriquecerse vilmente y roban hasta de dia . Caso Lula, Kishnner, Chavez, Castro, otros.
Peor que las declaraciones de SLG es que hayan personas en el gobierno, al más alto nivel, que siendo del PRD, se hagan eco de ellas y actúen en consecuencia, manteniendo a distancia a miembros del partido por considerarlos
“ muy izquierdistas”. Esos gurús tienen mucha influencias en el Palacio de las Garzas.
Muy de acuerdo con reflexión de Carrasco. Habíamos dejado allá por los años 80 esos señalamientos de «comunista», que tanto convenía a los dueños del país en los años 60. Algunos que se enriquecieron y lucraron con el cuco del comunismo, hoy día pareciese que no aprendieron la lección, la fiebre no está en la manta…