Recordando al “Padre de la nacionalidad panameña”
Por Félix E. Villarreal V.
Publicista y Comunicador Social, con espacialidad en Educación Superior. Integrante del Polo Ciudadano
El 9 de agosto se conmemora el 119 aniversario del natalicio del ilustre Dr. Justo Arosemena Quesada*. Sin pretender hacer un recuento detallado sobre su vida, me permitiré refrescar y rescatar algunos aspectos y cualidades de quien fue gran estadista, escritor, abogado y político de Panamá durante el período de la unión con Colombia y dedicó mucho esfuerzo a la causa por los derechos humanos y la búsqueda de la autonomía de Panamá. Por su intelecto, fue considerado entonces como “el más ilustre de los panameños y padre de la nacionalidad panameña”.
La figura del Dr. Justo Arosemena Q., sobresalió a lo largo de su vida académica, intelectual y profesional como abogado, ensayista, sociólogo, historiador, diplomático, periodista, y también como un excelente orador parlamentario, lo que le permitió ser elegido por varios períodos como diputado, senador e, incluso, congresista, manteniendo siempre un espíritu ético y patriótico, que aferrado al pensamiento crítico y nacionalista, ganó el aprecio y simpatía de los habitantes istmeños de la época.
Una de las muestras más palpables que la historia describe sobre el actuar ético y patriótico, fue la presentación y sustentación que hizo en 1852, de su Proyecto sobre “El Estado Federal de Panamá”, ante el denominado Congreso colombiano. Mismo que luego de extensos debates, fue aprobado y creado tres años más tarde, en 1855. Esto, fue considerado como uno de los más grandes aportes de Justo Arosemena al Nacionalismo panameño, el cual le permitió ser elegido como su primer presidente. No obstante, sólo ocupó el cargo durante tres meses, entre julio y septiembre de ese mismo año.
Sobre el estadista, es importante resaltar que en su ensayo “El Estado Federal de Panamá”, como proyecto y obra de su carrera como jurista y sociólogo de la época, describió con mucha claridad política, la historia de Panamá y la nacionalidad, haciendo hincapié en la importancia del istmo para convertirse en un país independiente, esgrimiendo diversos argumentos geográficos, históricos, culturales, políticos y sociales, claramente enfocados en la creación de un Estado Federal panameño, dentro de la confederación de la Nueva Granada. Este aporte de Justo Arosemena Q., ha sido reconocido en la historia panameña, sin desmeritar a otras figuras, como uno de los estudios más completos sobre la nacionalidad panameña del siglo XIX.
Por lo que, estudiar al Panamá de esa época, entendiendo las causas y desarrollo de su formación nacional y de su creación como Estado en 1903, no podía estar divorciado del conocimiento histórico e interpretación sobre nuestra América, como en efecto lo describió Ricaurte Soler en la obra “Justo Arosemena y la cuestión nacional panameña”. Haciendo una interesante valoración desde su punto de vista político, sobre la formación de la nacionalidad panameña, Soler resaltó que: “Los textos políticos de Justo Arosemena constituyen, para los efectos aludidos, documentos, testimonios, y formulaciones teóricas de primera importancia. Pues en ellos se expresan, con meridiana claridad, las raíces y motivaciones de un proyecto nacional que reivindica para el Istmo la autonomía, y aún la independencia, frente Colombia (Nueva Granada), sin por ello pretender clausurar tantos vínculos de la historia política y cultural que unen a Panamá no sólo con la Nueva Granada, sino también con la otras naciones del continente Hispanoamericano”. Es decir, en esa línea basada en el pensamiento de Bolívar, no se trataba de divorciar a Panamá de la historia y de esa Hispanoamérica clara y ampliamente descrita por Justo Arosemena.
Lo planteado por Soler, refuerza en gran medida aquella visión política y humanista que Justo Arosemena tuvo sobre aquel Panamá independiente, como “Puente de riquezas”, cuando en su momento expresó: “Es allí, en ese gran puente que establece la continuidad del Nuevo Mundo, es en este terreno privilegiado por todas las riquezas imaginables y destinado a ser el santuario central de la civilización y el almacén del comercio universal: es allí, donde el tiempo habrá de ofrecer la solución de todos los problemas que la política, la ciencia social y la industria se afanan en hablar para vencer todas las dificultades que surgen del antagonismo violento en que el egoísmo de los gobiernos ha colocado los grandes intereses de la humanidad”.
José Dolores Moscote, destacado educador, jurista y constitucionalista panameño, quien sentó las bases de la doctrina nacional panameña en materia de derecho, destacando la figura de Arosemena, en su momento dijo: “El doctor Justo Arosemena, jurisconsulto, diplomático, y publicista insigne, ocupa indudablemente el primer puesto entre los hombres que en el pasado contribuyeron a realizar la nacionalidad istmeña. De él, puede decirse que la ilustró, la defendió y la afirmó, como ningún otro, con su conducta y con sus obras, inspiradas siempre en el más puro y desinteresado patriotismo”.
Es decir, aquel gran jurista que con la ayuda de José Manuel Hurtado y Buenaventura Correoso, propició la fundación y creación de la primera biblioteca pública en Panamá (a la que donó más de 60 volúmenes relacionados con la historia y el derecho), fue también artífice en la promulgación de la Constitución de Panamá, en 1886. Luego de tener una interesante vida política, decidió apartarse de la vida pública y se dedicó a su profesión de abogado hasta el último día de su muerte, que lo sorprendió aquel 23 de febrero de 1896, a la edad de 78 años.
Los aportes y legados de este académico, jurista e impulsor del proyecto de “El Estado Federal de Panamá”, fueron reconocidos de muchas maneras posteriormente a su muerte. Por lo que vale la pena recordar algunos en lo inmediato: El Palacio Justo Arosemena, nombre que lleva en su honor a la sede de la Asamblea Nacional de Panamá, creada en el año de 1956, el Instituto Justo Arosemena creado en 1953, y el Centro de Estudios Latinoamericanos (CELA), “Justo Arosemena”, que es una asociación de profesionales preocupados por el desarrollo de las ciencias sociales en Panamá y Latinoamérica, encargada de estudiar de forma científica las áreas relacionadas con la economía, la historia, los movimientos sociales, la población, género, ambiente y Estado.
En reconocimiento a la envestidura de este importante estadista panameño, la Universidad de Panamá posee también un auditorio que lleva su nombre, y como parte de su patrimonio, un busto hecho en bronce del escultor panameño José Guillermo Mora Noli, que fue donado en 1970, por el gobierno de Brasil y ambos están ubicados en la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la máxima casa de estudios superiores.
Vale la pena recordar que el próximo año 2017, se cumplirán los 200 años del natalicio del estadista panameño y también creador de la obra: “Apuntamientos para la introducción a las ciencias morales y políticas”, debe permitirnos abrir el compás para el desarrollo de diferentes eventos y actividades, políticas, culturales, académicas y de debates en torno a la historia y figura de Justo Arosemena Q. en el contexto actual y sobre la situación actual del Estado panameño y sobre el papel actual que están jugando los administradores del mismo en los distintos órganos de poder a beneficio del país y, por ende, en función de los intereses del pueblo panameño.
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*Justo Arosemena Quesada, nació el 9 de agosto de 1817 y muere un 26 de febrero de 1896.