¿Quo vadis Panamá?

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Toma de temperatura corporal. (Foto: AFP).

Por Alberto Velásquez
Periodista y relacionista público

Con una escena letal de casi 1.000 muertos, causados por la pandemia y otros elementos nocivo, con un sistema educativo precario a punto de iniciar, y con un sistema judicial seriamente criticado, muchos panameños se preguntan: ¿Quo vadis? Es decir, ¿hacia dónde va Panamá?

Vientos agoreros están señalando el rumbo determinado por una pandemia que azota a este país. Han sido desatadas diversas situaciones, que van desde una Asamblea Nacional de Diputados que postula como jefe de la Comisión Educativa a un legislador sujeto a demandas judiciales. Asimismo, hay un Órgano Ejecutivo dispuesto, pero encubridor, y una Justicia con fiscales atemorizados que no se atreven a llamar a la Medicatura Forense para que decida el futuro en los tribunales de un demente confeso.

¿Hacia dónde va la población con una salud resquebrajada y una economía cuyos magnates sólo se cuidan de ganar lo mismo, sin hacer verdaderos sacrificios?

El crecimiento exponencial de casos de ciudadanos afectados por el virus, frente a sectores de la sociedad que no les interesa si se contagian o contagian a otros, exige un comportamiento más estricto de las autoridades, eliminando salvoconductos espurios, estableciendo cercos sanitarios como lo hacen los santeños, y transmitir con crudeza la realidad de la pandemia. Es necesario organizar un severo acto luctuoso para el muerto número mil a causa del Covid-19.

Pero si continúan las amenazas de trastocar el Código de Trabajo, afectando a los más humildes, pocos objetivos podrán ser alcanzados. Es inconveniente convertir en caricatura la rebaja de sueldos, aumentando descaradamente la planilla estatal, y jugar a la política con la promesa de la entrega de bolsas y bonos.

Al gobierno le queda todavía un porcentaje de prestigio. Tiene en sus manos la capacidad de hacer grandes cosas en medio de la pandemia, por ejemplo, mejorar las condiciones de vida en los barrios, creando plazas de trabajo, fomentando la ayuda inmediata al marginado sector agropecuario, y pagando a tiempo a los proveedores de los alimentos.

Este país requiere que sean soltados los nudos que amarran la compra de medicamentos y herramientas para poder responder a los sacrificados del sector Salud. Esas medidas tendrían efecto si el Órgano Ejecutivo se impone en este estado de emergencia.

En poco tiempo, se darán a conocer nuevas medidas oficiales para atacar los efectos actuales y futuros de la pandemia. Sin embargo, si no es utilizada una mano fuerte y se traza un plan coherente, volveremos a estar preocupándonos por los resultados, y sabremos si estamos hechos de leche condensada o carecemos de ella.

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