¡Prohibido Olvidar! aquel genocidio
Por. Félix E. Villarreal V.
Publicista y Comunicador Social, con especialidad en Docencia Superior.
El 20 de Diciembre de 2016, se cumplen 27 años de aquel macro suceso histórico, que dejó centenares de panameños muertos, innumerables lesionados y afectados psicológicamente de por vida, al igual que a todo un país destruido en su infraestructuras y económicamente, producto de aquella invasión y genocidio cometido por las tropas norteamericanas en nuestro país en 1989, bajo el mandato presidencial de George W. Bush (padre).
¡Prohibido Olvidar!, que hace 27 años, el ejército más poderoso del Continente Americano optó por hacer alarde de su poderío bélico y militar, y que bajo el lema de operación “Causa Justa”, en los albores de la Navidad, invadieron a este país, so pretexto de “liberarnos” del entonces hombre fuerte de Panamá, Manuel Antonio Noriega (M.A.N.), quien fue el máximo general de las extintas Fuerzas de Defensas y según muchos analistas políticos y algunos medios informativos, fue un agente clave, estratégico, entrenado y financiado por la CIA – USA, quien ansioso de la avaricia y del poder, se les salió de control, hasta convertirse en un dictador militar involucrado en grandes escándalos de corrupción, crímenes, desapariciones, represiones y narcotráfico.
¡Prohibido Olvidar!, que aquellos inolvidables y nefastos momentos del régimen militar contra el pueblo panameño en el territorio nacional, encabezado por M.A.N., sus altos mandos militares y la oligarquía criolla, crearon el escenario perfecto a las tropas invasoras para utilizar a Panamá como el laboratorio experimental perfecto, para probar y estrenar poderosas armas de guerra (aviones fantasmas, helicópteros, tanquetas, morteros y nuevas tecnologías bélicas), utilizadas sin piedad durante la masacre y bombardeos en la ciudad capital en los barrios de El Chorrillo, Calidonia, Marañón, Santa Ana, San Miguelito y muchos otros puntos del interior del país. Posteriormente, esas armas fueron utilizadas en la conocida “Tormenta del Desierto” o Guerra del Golfo en Irak.
Al cumplirse 27 años de esos sucesos, el clamor y las exigencias constante de las víctimas y familiares sobrevivientes, al igual que los reclamos de miles de panameñ@s han sido permanentes, a la espera de que algún gobierno post invasión, con algo de humanidad y dignidad, asuma la responsabilidad de denunciar penal e internacionalmente al invasor, por todos los crímenes cometidos, para que así se haga justicia a todo un país, que aún sigue sufriendo las secuelas de aquella abominable y genocida invasión.
De hecho, ha sido nombrado e instalada hace seis meses una “Comisión Especial” para que investigue los acontecimientos de aquella invasión. Se percibe que los avances de la misma han sido muy lentos y limitados, ya que el grupo creado carece de oficina y recursos propios, debido a los múltiples procedimientos burocráticos, a todas luces inaceptables, cuando se busca un mínimo de verdad y justicia para las víctimas y sus familias. A nuestro juicio, ello condiciona y pone en duda la objetividad, capacidad, responsabilidad, seriedad y veracidad en el trabajo de esa Comisión, a beneficio de las víctimas y los familiares, y del resto del país.
Frente a esa realidad, como ciudadano considero que por el bien de los familiares y víctimas de la invasión, y por el respeto a tod@s l@s ciudadan@s panameñ@s, le corresponde al gobierno actual establecer tres cosas puntuales e importantes: Elevar una demanda penal a nivel internacional contra el gobierno invasor de EE.UU. Por Ley de la República, declarar Duelo Nacional el 20 de Diciembre y prestar responsablemente la colaboración expedita para que la Comisión Especial 20 de Diciembre asuma cabalmente sus responsabilidades, sin ningún tipo de condiciones u obstáculos al realizar su labores investigativas y transparentes.