Un líder irremplazable

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Alfredo Berrocal Arosemena. (Foto: Panamá News).

Por Alberto Velásquez Morales
Periodista

En la convulsionada vida de muchos panameños, es alentador que todavía se produzcan individuos cuya trayectoria los hace irremplazables. Uno de ellos, es el recién fallecido dirigente y hombre público Alfredo Berrocal Arosemena.

De humilde extracción, natariego por excelencia, ofreció su talento y espíritu combativo a la necesidad de formar sindicatos en cada una de las entidades públicas, como pasos necesarios para que el funcionariado no fuese pasto, cada cuatro o cinco años, de los partidos políticos y sus dirigentes.

Para el gran público, son evidentes los hechos que convierten al servidor público en amanuense de vaivenes y alianzas políticas. Precisamente, esa práctica clientelista fue combatida con vehemencia cuando Berrocal fue secretario general de la Federación Nacional de los Servidores Públicos (FENASEP). En las filas de esa organización de trabajadores es recordado con afecto Alfredo Berrocal Arosemena.

Así era el líder de FENASEP

Elocuente en la transmisión de sus ideas, fácil de palabra y especialmente por dominar un vocabulario de altura, se granjeó durante muchos años el cariño y la admiración de amigos y contendientes en la permanente lucha dirigida a lograr el respeto y la aplicación, sin ambages, de leyes y reglamentos que condicionan y protegen al servidor público.

El liderazgo cultivado por Berrocal fue muy especial. Al frente de FENASEP, le antecedieron distinguidos profesionales que hoy se mantienen en la palestra pública, evidenciando el nivel de preparación y sacrificio que demanda dirigir a una organización con varios miles de socios, quienes exigen la atención de necesidades y respuestas a los atropellos a los que están sujetos.

Con valentía y compenetrado de su responsabilidad, el dirigente Berrocal Arosemena enfrentó cientos de casos durante su largo y tortuoso camino al frente de la FENASEP, demostrando siempre valentía y un claro y decidido apoyo a los sindicalistas, que lo recordarán siempre como un gran activista social, amigo y compañero de luchas irremplazable. Paz a su tumba.

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