Simbiosis economía azul y verde, meta de la FAO

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La FAO aboga por una economía azul y verde, para sostenibilidad en el ámbito planetario.

Simbiosis economía azul y verde, meta de la FAO

Por Silvia Martínez Puentes

Roma (PL) – Una mayor preocupación por los efectos del cambio climático sobre la tierra y la atmósfera relegan a un segundo plano sus efectos sobre los mares, océanos y las comunidades costeras.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) sostiene que las poblaciones ribereñas sufren de manera creciente y hasta con mayor agudeza el impacto del calentamiento de los océanos y el aumento del nivel del mar.

Los residentes en esos sitios están expuestos también a fenómenos meteorológicos extremos, intrusiones de agua salada, acidificación de los océanos y por ende a los cambios en los recursos de los que dependen para la alimentación y los medios de vida.

La FAO a favor de la economía azul

El brasileño José Graziano da Silva, director general de la FAO, defiende acciones a favor de océanos sanos y productivos, como vía esencial para ‘combatir la pobreza rural, garantizar la seguridad alimentaria, mejorar la nutrición y alcanzar el Hambre Cero’, meta de esa institución de Naciones Unidas con sede en esta capital.

En la recién celebrada Conferencia Ministerial Africana sobre la economía de los océanos y el cambio climático, Graziano exhortó a los líderes de la región, a identificar oportunidades para mejorar la capacidad de ese continente y desarrollar economías basadas en los océanos resistentes a las adversidades del clima.

Junto al Banco Mundial, la FAO trabajó por un mejor manejo de los riesgos derivados del cambio climático, los cuales afectan con creces a las comunidades costeras africanas.

El esfuerzo de ambos organismos estuvo dirigido también a desarrollar una base de conocimientos sobre el clima y los océanos e incluyó evaluaciones nacionales de vulnerabilidad para trazar estrategias.

Ello permitió el establecimiento de planes de acción nacionales y proporcionó directrices normativas en apoyo de la sostenibilidad de la pesca a pequeña escala.

Acorde con Graziano, tal como lo explicó en la conferencia africana sobre el tema, las partes implicadas de la pesca, la navegación, la generación de energía y el turismo, entre otros, precisan de soluciones rápidas y transformadoras para convertir en oportunidades los efectos adversos del cambio climático. Para la FAO es necesario liberar todo el potencial del llamado “crecimiento azul” en las economías marinas y marítimas en sentido amplio, y evitar que otros pierdan sus medios de vida.

Pesca ilegal, riesgo para ecosistema marinos y seguridad alimentaria

Pero no spolo el cambio climático y las adversidades naturales impiden a las naciones costeras liberar ese potencial azul, sino también la pesca ilegal.

Contra esa práctica existe desde el 11 de julio último un acuerdo internacional denominado Medidas del Estado rector del puerto, las cuales están dirigidas a la protección de los recursos marinos y a una pesca más racional que favorezca incluso la gestión de los gobiernos.

“Para África, el pescado es tan estratégico como el maíz. La sobrepesca es una amenaza para la seguridad alimentaria sostenible”, declaró al aprobarse el acuerdo el presidente de la República de Guinea, Alpha Condé, quien defendió enérgicamente la importancia de la pesca para los países africanos.

Más del 50 por ciento de las exportaciones pesqueras del mundo proceden de países en desarrollo, evidencia en términos de ingresos de la importancia de la promoción de prácticas de gestión sostenible.
La pesca ilegal pone en peligro los ecosistemas marinos, pero más que ello, amenaza los medios de subsistencia y la seguridad alimentaria de millones de pescadores de todo el mundo, sostiene la FAO.

Pese a la trascendencia del acuerdo para proteger mares y océanos, sólo 13 de los 34 de los pequeños estados insulares en desarrollo forman parte del acuerdo, de ellos nueve se encuentran en África.

Recientemente, Graziano da Silva anunció que en la próxima Conferencia Nuestros océanos, prevista del 15 al 16 de septiembre en Washington, Estados Unidos, informará sobre las naciones firmantes de ese acuerdo.

Una economía azul de altas potencialidades

Pero la llamada economía azul va más allá. Algunas cifras de la propia FAO indican que la actividad económica mundial en los océanos se estima entre tres y cinco billones de dólares.

Además, el 90 por ciento del comercio mundial utiliza el transporte marítimo y más del 30 por ciento del petróleo y del gas del planeta se extrae en alta mar.

Asimismo, el aumento del conocimiento de la biodiversidad marina arroja grandes avances en los sectores farmacéutico, la producción de alimentos y la acuicultura.

En los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, junto con los acuerdos de la Conferencia sobre el Clima COP 21 de 2015 en Paris, por primera vez la salud de los océanos y de los mares alcanzó una atención relevante.

La FAO defiende que los océanos, esenciales para la pervivencia de los seres humanos, pueden ayudar al crecimiento de las economías y al mismo tiempo gestionar el cambio climático.

“El objetivo de la comunidad internacional debe ser no sólo construir una economía verde sostenible, sino también una azul”, sentenció Graziano da Silva.

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