Ruptura de acuerdo MLB-FCB, otro paso de Trump contra Cuba

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Ilustración del béisbol cubano. (Foto: PL).

Por Diony Sanabia

Washington (Prensa Latina) – Menos de una semana después de un paso favorable al acuerdo entre las Grandes Ligas de béisbol estadounidense (MLB, siglas en inglés) y la Federación Cubana de ese deporte (FCB), la situación del pacto cambió completamente para mal.

Al anuncio público de una relación de 34 peloteros cubanos amateurs (menos de 25 años y sin seis de experiencia en series nacionales) que podían ser contratados para jugar en Estados Unidos, siguió el 8 de abril la noticia de la cancelación del convenio por parte del Gobierno del presidente Donald Trump.

Ese día, el diario The Washington Post y otros medios estadounidenses divulgaron la decisión de dar marcha atrás al mecanismo, firmado el 19 de diciembre último tras casi tres años de negociaciones y valorado como histórico por muchas voces en ambos países.

Según la agencia Associated Press, el Departamento del Tesoro expresó a los abogados de la MLB en una carta el 5 de abril que estaba revirtiendo la determinación del anterior Gobierno, de Barack Obama, que permitiría a las Ligas Mayores pagar a la FCB ‒como organización no gubernamental‒ una tarifa de liberación por jugador.

La administración de Trump, señaló el Post, justificó este paso con el argumento de que realizar desembolsos a la FCB equivale a entregar el dinero al Gobierno cubano.

El propósito del convenio es poner fin al peligroso tráfico de peloteros de Cuba que desean jugar béisbol profesional en Estados Unidos, afirmaron en diciembre MLB y su Asociación de Jugadores.

Manifestaron que esa peligrosa práctica, documentada en procedimientos legales y reportes de medios de comunicación, ha causado grandes dificultades a los peloteros de la mayor de las Antillas y sus familias.

Respetamos el objetivo del acuerdo, que es poner fin al tráfico humano de jugadores de béisbol de Cuba, recalcó MLB el mismo día de la divulgación de la ruptura del convenio.

Los reportes sobre la mencionada cancelación se produjeron después de que el senador republicano Marco Rubio y el asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, arremetieron repetidamente contra la iniciativa.

Entre sus criterios para atacar el acuerdo argumentaron que favorecería el tráfico humano, y que permitiría la entrega de dinero al Gobierno de Cuba e, incluso, al de Venezuela.

Ante esos comentarios, muchas opiniones favorables al convenio enfatizaron que precisamente lo que haría sería enfrentar el tráfico de personas, en lugar de promoverlo.

También, condenaron la motivación política detrás de las palabras del legislador y el consejero de Trump, quienes son abiertamente contrarios al acercamiento entre Cuba y Estados Unidos.

Por su parte, la FCB denunció en un comunicado el paso de la administración norteamericana, y subrayó que las presiones ejercidas por tales personajes se impusieron en estos momentos.

Sin embargo, agregó, el acuerdo, mayoritariamente respaldado por las sociedades cubana y estadounidense e identificado como fórmula para eliminar prácticas nefastas como el tráfico humano y sus incalculables consecuencias, está llamado a sobreponerse a la arcaica retórica utilizada por sus detractores.

Asimismo, la FCB rechazó los argumentos insostenibles que lograron deshacer el pacto, recibido en su momento con entusiasmo por los jugadores, técnicos y aficionados, conocedores de que abriría las puertas a una inserción segura y ordenada de los cubanos en la MLB.

“Esta decisión del Gobierno de Estados Unidos responde a su permanente propósito de lucrar contra la nobleza del acuerdo, a fuerza de intereses políticos sin importar el bienestar y la tranquilidad de la familia cubana”, remarcó el texto.

Una vez más, expuso, la historia pone en evidencia a quienes son los verdaderos responsables de que los peloteros cubanos no puedan desempeñarse en ese circuito, sin la necesidad de renunciar a su nacionalidad y correr riesgos para sus vidas.

Pese a la anulación, la FCB ratificó el compromiso con el acuerdo logrado y lo consideró instrumento imprescindible para preservar la integridad de sus atletas, los principales afectados, ante el trato humillante y discriminatorio del cual han sido víctimas.

De acuerdo con el congresista Steve Cohen, impedir que los jugadores de la isla se unan a la MLB “no sólo perjudica al béisbol profesional, sino a nuestro progreso diplomático reciente”, con lo cual aludió al acercamiento iniciado entre ambas naciones bajo la administración de Obama, un proceso que Trump frenó.

“A lo largo de nuestra tensa historia, el béisbol ha ayudado a unir a cubanos y estadounidenses”, escribió el representante demócrata por Tennessee en la red social Twitter.

Rick Larsen, otro legislador del partido azul, también pareció cuestionar la decisión de anular el convenio al anotar en la misma plataforma de microblogging: “¿Ahora va detrás del béisbol? La administración de Trump cancela el trato de las Grandes Ligas con Cuba”.

La coalición Engage Cuba, favorable al desarrollo de las relaciones bilaterales, calificó de acto cínico, cruel y gratuito la determinación norteamericana.

“El trato de la MLB con Cuba resolvió un problema horrible de trata de personas. Al romper ese acuerdo, la Casa Blanca ahora es responsable de esto y expone a los jugadores cubanos a abusos contra los derechos humanos”, consideró la coalición.

James Williams, su titular, expresó que tal acción apunta a apaciguar a una banda vocal de obstruccionistas empeñados en continuar una política fallida de aislamiento de 60 años.

En su criterio, los jugadores cubanos, quienes resultan los más afectados, y sus familias merecen una solución real de la administración de Trump, no más política partidista, añadió.

A decir de Williams, deshacer este trato no es un triunfo para Estados Unidos ni para el pueblo cubano; constituye, sostuvo, “sólo una victoria para los de línea dura de intereses especiales en Florida y para los traficantes de personas y extorsionadores”.

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