Regreso de un loco delincuente

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Ricardo Martinelli en prisión en Estados Unidos.

Por Alberto Velásquez
Periodista

El revuelo político y legal que ha provocado en la opinión pública el prófugo, llamado así en su momento, Ricardo Martinelli, se ha dimensionado más allá de su verdadera importancia.

Encarcelado durante aproximadamente un año en Miami, por su inexplicable propia voluntad, el prófugo, un delincuente que además de propiciar y hasta inventar la trampa, ha mancillado la panameñidad con sus actos delincuenciales.

Martinelli ha permitido calificar a Panamá como un país en el que reina la corrupción, la cual propició desde la Presidencia de la República. En sus declaraciones, revela que quiere y no quiere ser extraditado. demostrando con ello que posee una mente confusa y contradictoria.

Lamentablemente, llamado ex presidente, es vergonzoso que después de habérsele incriminado en más de una docena de delitos, sus corifeos lo defiendan ‒aduciendo con cara dura presunción de inocencia, porque no ha sido condenado en firme‒, para poder candidatizarlo a través de terceros, estando aún encarcelado.

El loco delincuente presidió un Consejo de Gabinete, cuyos integrantes han sido acusados, en su mayoría, de corrupción, malversación de fondos públicos, y hasta de lavado de dinero.

¿Cómo puede entonces desligarse de ser el principal responsable de las coimas y sobornos por cientos de millones, y graves delitos que no se pueden soslayar?

Pero el colmo de la novela Martinelli, que tiene embelesada a la mitad del país, compitiendo con el mundial de fútbol, ha sido la comentada carta dirigida al pueblo norteamericano, confesándose agente de la CIA, para vender la soberanía de un país que lo eligió, equivocadamente, como presidente, creyendo que como era rico, el personaje de marras no iba a robar desde el poder. Esa carta es una vergüenza nacional que ha causado mucha indignación.

Quienes tienen criterios microscópicos señalan, comparándolo con la actual administración, que robó, pero hizo, y que hace falta. Pero su liderazgo está cuestionado, ha perdido poder en su partido político y, aun así, el minúsculo grupo que lo acompaña lo seguirá esquilmando, mientras las autoridades de justicia no actúen.

Necesariamente, además de encabezar el proceso de corrupción jamás registrado en nuestra historia, también será demandado por traición de lesa patria, porque al restregarle a los norteamericanos sus favores hizo confesiones, transgredió nuestra nacionalidad y lo panameños se lo demandarán.

¡Qué no se ilusione con un regreso majestuoso, sino aparece una nueva denuncia delictiva! Martinelli será repudiado y recibido con las manos y pies esposados. La historia nos dará la razón.

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